viernes, 6 de marzo de 2009

Global Metal (2008)


Cuando vi Metal: a headbanger's journey, el primer documental del antropólogo canadiense y metalero de pro Sam Dunn, me quedé bastante indiferente. No me dijo nada que no supiera ya. Para los ajenos al jevi está muy bien, y para quien se está iniciando, mejor aún; pero quitando un par de detallitos anecdóticos, lo que cuenta es lo que se cuenta siempre, lo que se encuentra en cualquier lado.

En cambio, su continuación, Global metal, me pareció tremendamente interesante. Como él mismo dice al principio, a menudo los europeos y norteamericanos no nos planteamos cómo es el heavy metal en otras partes del mundo, porque raramente nos llega siquiera. Ni él mismo se lo había planteado hasta que recibió e-mails felicitándole por A headbager's journey desde distintos puntos de Asia y Sudamérica. Así que decidió coger un avión y recorrer Asia para ver cómo estaba el tema por allí. De todos es conocida la pasión de los japoneses por el rock, dado que montones de grupos grabaron conciertos famosos allí (me vienen a la cabeza ahora mismo, desde el primero de todos, Made in Japan de Deep Purple, los [(Unleashed/Rising) in the East] de Judas Priest, el Maiden Japan de Iron Maiden, el Kaizoku Ban de Accept, el Live at Budokan de Ozzy, el reciente Tyrants of the Rising Sun de Arch Enemy...) y grupos como Sigh, X-Japan y algunos de visual kei de ese son relativamente conocidos. Pero ¿cuántos grupos chinos conoces? ¿eh? ¿eh? ¿eh? ¿e indonesios? ¿eh? ¿y libaneses e iraníes? libaneses e iraníes seguro que muy pocos, más que nada porque allí están poco menos que prohibidos, el que lleve pelo largo o vista de negro es satánico y si te pilla la policía religiosa te manda al cuertelillo y te rapa la cabeza.

El viaje empieza en Brasil, donde hay unas hordas rockeras impresionantes que se dejaron ver por primera vez en el Rock in Rio de 1985, con los Scorpions, Iron Maiden y Queen entre otros. Hablan de Sepultura y tal, bueno, estar está interesante pero tampoco es algo tan desconocido. A continuación se va a Japón. Allí, al parecer, se quedaron flipados tras aquel ya clásico concierto de Deep Purple, y desde entonces la cultura del rock y el metal fue creciendo gradualmente, y lo fueron "ajaponesando", haciendo cosas bastante curiosas como el mencionado visual kei, que no voy a describir, hay que verlo. Y después de Japón llega al primer país sin escena metalera conocida fuera de sus fronteras: la India. Según se cuenta, allí toda la música que sale en la tele y en la radio es pop de musicales de Bollywood, y a los metaleros se les mira con cara rara. Algo parecido sucede en Indonesia, donde una vez, en 1993, tocó Metallica, concretamente en Yakarta, provocando un aluvión de gente con camisetas negras; la policía se puso nerviosa, empezó a dar porrazos a todo bicho viviente diciendo que eran comunistas, la gente respondió también con violencia (esto sucedió fuera del estadio, dentro el concierto se desarrollaba normalmente) y acabaron quemando y destrozando todo el barrio. Hay imágenes del concierto, se ve fuego y humo todo alrededor del estadio, es impresionante. Desde aquel día prohibieron los conciertos de grupos extranjeros en Indonesia.

En China no está tan mal visto. El pelo largo es un símbolo de fuerza, porque así es como lo llevaban los antiguos guerreros chinos. Aun así, la escena es muy pequeña, en un país con la quinta parte de la población mundial sólo hay ciento y pico grupos que aparezcan en la Enciclopedia Metálica. En la siguiente parada, que es Israel, encontramos que la mayoría de grupos escriben letras con alto contenido social y político, cosa más propia del punk. Cuando creía que lo más impactante del documental iba a ser lo de Metallica en Yakarta, va un miembro de Salem y cuenta que en 1990, recién publicada una maqueta suya, Varg Vikernes himself les escribió diciendo que era una mierda, que sólo decían tonterías y que ojalá Hitler hubiera terminado lo que empezó. Ellos le contestaron con otra tanda de insultos, y a los pocos días la policía fue a casa del cantante a preguntar por qué rayos le habían mandado una carta bomba desde Noruega.
La última parada, puesto que en Irán no les dejaron entrar, es Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos. Allí se encuentran con gente de Arabia Saudí, Líbano e Irán contando cómo en sus respectivos países les perseguía la "justicia" si llevaban pintas de jevi, y acude al festival en el que se reúnen todos los metaleros de los países vecinos: el Desert Rock.

El formato del documental es igual que el anterior: casi todo entrevistas, tanto con músicos como con otra gente relacionada con el metal, y algunas partes de narración de Sam Dunn. Dura aproximadamente hora y media. Lo recomiendo, sinceramente. Muestra muchos aspectos del heavy metal que en occidente se desconocen. Aunque echo de menos que no visitara otras zonas (más países sudamericanos además de Brasil, algún punto de África), pero imagino que el presupuesto, que ya debía de ser bien generoso, no daría para tanto.

Ah, y me olvidaba de destacar el mejor momento del vídeo: Lars Ulrich apoyando las descargas de MP3.

Puedes verlo entero en el Youtube.



O bien bajarlo de la mula.

O bien comprarlo original, que se encuentra fácilmente en tiendas.

3 comentarios:

  1. ju ju, buen resumen/reportaje/crítica. Este finde lo pongo en la cola. Gracias Chupi.

    M(3+3=6)

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  2. A mi tambien me gusto mucho el documental este, aparte de que salen un par de grupos buenos (el primero de china tiene un sonido mezcla heavy-oriental muy interesante, como el de israel) con lo de Salem flipe bastante, como se las gasta el amigo varg ahora que es nazi.
    Buena critica chupi

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  3. Lo ví hace una semana, y también lo recomiendo encarecidamente, tanto a metaleros como a gente de bien. Me gustó mucho la crítica política por parte los de medio oriente, y la mezcla de religión y heavy de los indios. A ver si el metalsaurio se digna a hacerme una visitilla y me veo los dos documentales juntos que el otro aún no lo vi...

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