lunes, 23 de agosto de 2010

Fotos de Catoira 2010 (Romería Vikinga)

Lee la crónica del evento aquí:
Desembarco Vikingo de Catoira 2010


Para agrandar las fotos, pincha sobre ellas.

Pues disculpad la demora, pero nunca es tarde si la dicha es buena: aquí están las fotos de la 50ª Romería Vikinga de Catoira 2010 (31 de julio y 1 de agosto). Cuando las vi resultaron no ser tan buenas o capturar tantos momentos como creía, pero de todos modos hay algunas bien chulas, especialmente las de las antorchas, para mi gusto.

Cuando llegamos había más daneses que gallegos

El drakkar réplica del de Frederikssund

Los otros dos barquitos

Pocos minutos antes de la cena vikinga

Procesión dos Fachos / Procesión de las Antorchas




A la mañana siguiente, uno de los drakkars ya estaba preparado un buen rato antes del desembarco (el otro probablemente también, pero no lo vi)

La zona de las torres ya estaba bastante llena de gente. Esto debe de ser sobre las once y media o doce de la mañana.

Cuando todo el mundo iba, estos daneses venían...

El puesto de los cuernos hizo su agosto, los había desde 15 hasta 115 €

Los gallegos a punto de alcanzar tierra

Unos se lo tomaban con más calma que otros; las piedras rompedoras de rodillas estaban unos metros más adelante

Finalmente, los de un barco se encontraron con los del otro y dieron el territorio por conquistado; hora de celebrar la victoria

Dos intrépidos luchadores batiéndose por el barril de vino

El vencedor alza su trofeo, acabó de vino hasta las cejas... literalmente


Un par de colgaos se atrevieron a subir a lo alto de la torre

domingo, 15 de agosto de 2010

Canciones que hay que oír (agosto 2010)

Japón. No hacen falta más explicaciones.

Con todas las tonterías, casi se me olvidan las canciones de este mes. Por cierto, estoy pensando en hacer un cambio. Hasta ahora, lo que siempre hice fue poner las canciones en la esquina y, al terminar el mes, comentarlas y poner otras nuevas. Ahora estoy pensando en comentar las canciones a la vez que las pongo en la esquina, y al mes siguiente cambiar todo. Casi me parece más lógico, ¿no? Creo que ya no voy a tocar las que hay, total quedan quince días para que acabe el mes, y puestos a hacer el cambio, esta es la ocasión ideal. En septiembre pongo las nuevas y les dedico una entrada.

Let's go then. Ya dije que eran dos temas atípicos, y la razón es obvia: es música clásica. No voy a ir de culto porque de música clásica no sé casi nada, pero de vez en cuando me da la venada y durante una o dos semanas leo y escucho todo lo que puedo de un compositor. Por lo general tengo preferencia por los románticos, especialmente los rusos, y a ese movimiento y nacionalidad pertenecen precisamente los dos de hoy.

El primero es Chaikovski, al que conocí de pequeñito gracias a la Fantasia de Disney, en la que sale el Cascanueces, y a una película japonesa de dibujos que tenía en VHS titulada igual que el ballet en el que se basaba y que le servía de banda sonora: El lago de los cisnes. Magnífico, por cierto. Pero como sus tres ballets (estos dos y La bella durmiente, la de eeereees túúúú mi príncipe azuuuul que yoooo soñééé) ya son conocidos por todo el mundo, preferí poner esta Marcha eslava, que también está muy bien y es muy solemne. Suena rusa a más no poder y se la dedicó a todo los pueblos eslavos, tanto los de arriba como los de abajo (serbios y demás).

El otro es Musorgski. El de este hombre es un caso curioso, porque apenas estudió música, las estructuras y formalismos no le gustaban ni interesaban, y componía apasionadamente. Digamos que era un Quorthon del romanticismo ruso. Compartió una gran amistad con Nikolai Rimski-Korsakov (el del vuelo del abejorro), el cual sí que sabía mucho de orquestación y esas cosas, y, a la prematura muerte de Musorgski, fue él quien se encargó de pulir y orquestar como es debido las composiciones de su amigo. Durante muchos años, las partituras que se distribuyeron fueron las de Rimski, hasta que se volvieron a encontrar las originales, en los años sesenta o así, no me acuerdo. Entonces se descubrió, o redescubrió, que las adaptaciones de Rimski eran demasiado elaboradas y "amariconadas", por así decirlo, y que les arrebataban la esencia a las originales, mucho más crudas y pasionales. El tema que elegí para poner aquí es "Una noche en el monte Pelado", que también sale en Fantasia, y desconozco si esta versión es la original o la adaptación, aunque imagino que será la de Rimski.

Ustedes las disfruten.





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Clic aquí para oír más canciones...

lunes, 9 de agosto de 2010

Parecidos razonables I

Bajo el patrocinio, como siempre, de Valkirias Asociadas, S.L., en el día de hoy me place inaugurar una nueva sección, la cual versará acerca de similitudes encontradas en diferentes canciones de distintos grupos, o incluso, en algunos casos, del mismo. La periodicidad será aleatoria. En cada canción se indica título, grupo, disco, año y, si fuere menester, los pasajes comparables en minutos y segundos. Siempre se pondrá la más antigua primero.

Debo aclarar que no creo en los plagios. A veces existen, pero en general no tienen por qué; los músicos no viven en burbujas, y a lo mejor uno oye una melodía por casualidad, se le queda en la trastienda del cerebro, y un día se pone a componer y se le ocurre creyendo que es suya.

Procuraré no llenar esto de Mägo de Oz



Moonspell - Alma mater (Wolfheart, 1995)
Riff principal

En Portugal hicieron sellos con la portada de este disco.



Moonsorrow - Ukkosenjumalan poika (Suden uni, 2001)
Riff principal, a partir de 0:43

jueves, 5 de agosto de 2010

[Fotos añadidas] 50ª Romería Vikinga de Catoira, 2010: crónica y fotos


Para ver las fotos pincha aquí:
Fotos del Desembarco Vikingo de Catoira 2010

Este fin de semana fui por primera vez a la Romería Vikinga de Catoira, coincidiendo con su quincuagésimo aniversario, cincuenta años más tarde de que a aquella asociación de intelectuales llamada Ateneo do Ullán se le ocurriera celebrar el desembarco del rey Ulfo en las tierras del Ulla. La verdad es que ya le tenía ganas, y lo único de lo que me arrepiento es de no haber ido más veces. Las actividades empezaron el fin de semana anterior: que si rapa das bestas (¿cómo se dice eso en castellano? ¿Pelado de los caballos?), que si obras de teatro, regatas de piraguas, conferencias y cosas así. Pero el plato fuerte es el primer domingo de agosto, con el famoso desembarco, y la noche anterior.

Pero vamos por partes. Mis amigos y yo llegamos allí el sábado pasada la media tarde. Un par de horas después, a las 22:00, estaba programada la cena vikinga, para la que no nos habíamos apuntado, entre otras razones porque había que llevar disfraz obligatoriamente, del cual carecíamos, y lo planeamos todo con poca antelación; así que nos fuimos a dar un paseo hasta las Torres do Oeste, a ver qué había por allí. Estábamos llegando cuando nos adelantó una especie de Papá Noël vestido con túnica, cuyas facciones parecían extranjeras, concretamente nórdicas; en un principio no le dimos mayor importancia, pero al llegar al tenderete de los cuernos había más gente vestida como él y hablaban en raro. Pronto averiguamos que se trataba de una asociación danesa llamada Vikingespil, que se dedica a la representación teatral de cualquier cosa que tenga que ver con vikingos, con atuendo históricamente fidedigno y demás. Esa asociación tiene su base en la ciudad danesa de Frederikssund, la cual está hermanada con Catoira, y fueron invitados por tercera vez (las anteriores fueron en 1993 y 1994) para representar una obra durante toda la semana; la de este año se llamaba Arnulf Fenrisfrænde (Arnulf, el amigo de Fenris). Aunque "grupo de teatro" suena a pocas personas, eran ciento y pico, me parece que ciento diez o así. Festival vikingo con vikingos de verdad y sus tremendamente hermosas vikingas, ¿qué más se puede pedir?

Como ya dije, y para nuestro creciente arrepentimiento, no nos quedamos a la cena, sino que nos fuimos a por nuestros propios víveres, mientras a nuestras espaldas oíamos el concurso de berridos daneses versus gallegos. Un rato más tarde volvimos a las torres para presenciar el tradicional Desembarco da Paz, en el que unos vikingos se suben a un drakkar y dan una vuelta por la desembocadura del Ulla, para después desembarcar en el mismo sitio, donde les espera el resto de la gente sujetando antorchas. Cabe comentar que el Concello de Catoira posee dos réplicas de drakkars auténticos, uno hallado Dinamarca (Frederikssund, precisamente) y otro en Suecia. Este año, el acto les salió medio rana porque encallaron y tardaron un montón en volver, pero la procesión dos fachos, o procesión de las antorchas (mentira podrida, no era procesión ninguna, que estábamos todos quietos), fue algo muy bonito visualmente, además el ambiente estaba tranquilo y se estaba de puta madre allí. Había menos gente de la que me esperaba, igual quinientas personas o así. Después hubo grupos folklóricos un rato, y poco después de media noche se hizo la queimada, con bruja pintada y conxuro incluidos. Mouchos, curuxas, sapos e bruxas. Al terminar el conjuro hubo fuegos artificiales durante un par de minutos (creo que nunca antes había estado verticalmente justo debajo de unos fuegos artificiales) y a continuación subimos por la pasarela a por nuestra cunca/cuenco de tan dulce y no menos pegajoso brebaje. ¿Cuál fue la única pega? Que acabó enseguida. Estuvimos un rato ligeramente apartados hablando con una pareja sueca que nos encontramos, muy majos ellos, y cuando nos dimos la vuelta ya no quedaba casi nadie; los que no se habían ido a no sé qué conciertos que había en una plaza del pueblo, se habían ido al chunda chunda que había en otra plaza, detrás de la estación, que es adonde fuimos nosotros. Por cierto, a esa pareja sueca me la encontré otra vez el día siguiente y me hice una foto con ellos, pero en el momento no se me ocurrió pedirles algún medio de contacto; así que, Kristina, Thomas, si por una de esas casualidades de la vida leéis esto, haced el favor de contactar conmigo en moonsorrowbio[a]gmail[.]com ;)

A la mañana siguiente tuvo lugar el desembarco que le da fama a la fiesta, y ahí sí que se congregó una multitud tremenda, no me atrevo a decir cifras pero sin duda había varios millares de personas. Los alcoholizados atacantes venían en dos barcos, uno lleno de daneses y otro lleno de gallegos; el primero que vi llegar, el de los gallegos, fue el que seguí, y me perdí el desembarco de los daneses, pero más tarde me contaron que no me había perdido nada porque fueron de lo más sosos, gritaban un poco y levantaban los brazos pero caminaban con calma. Por contra, los gallegos, que además estaban en la orilla difícil, se pusieron a berrear como energúmenos, a subir corriendo por las piedras, a llenarse las rodillas de heridas y todas esas cosas verdaderamente divertidas que se esperan de un desembarco de vikingos.


Los daneses: sýn prýså pærø sýn påuså.

A partir de ahí, la fiesta se convirtió en algo más acorde con los estándares (los estándares gallegos al menos), con la gente comprando vino en los puestos para tirárselo encima y cosas así. A destacar los dos o tres aguerridos gladiadores, colocados en distintos puntos de la zona, que retaban a los presentes a luchar por un trago del barril de vino. El punto negativo en lo tocante a la ambientación lo pusieron los tamborileros que iban con bongos y silbatos tocando ritmos brasileños, disfrazados de vikingos, eso sí. Pero en ese momento la ambientación ya importaba poco, habiéndole cedido todo el terreno al baile, la fiesta y el desmadre generalizado, que es lo que le gusta a la gente... y realmente tampoco me parece tan mal, por poco que me gusten los Carlinhos Brown, con cuernos o sin ellos.

Para ir terminando hay que decir que los anfitriones catoirenses, aunque lógicamente, por ser un puebliño pequeño, eran minoría, se mostraron muy hospitalarios, contestando siempre amablemente a quienes les preguntaban por rutas o lugares, y alguna hasta nos acompañó. Los daneses eran unos personajes, y cuando les pregunté si me podía sacar una foto con true vikings like you, me abrazaron y se pusieron a gritar levantando los cuernos mientras otro capturaba el momento. La mayoría de la gente era de fuera, pero no sólo de otras partes de Galicia, sino también de toda España (asturianos, madrileños...) e incluso de otros países europeos , no sólo los daneses (la pareja sueca, algún belga, y los que no vi). No sabía que esta fiesta fuera tan conocida fuera del país, ni siquiera que fuera famosa fuera de Galicia. En fin, "cuantos más seamos, más nos reímos", no se le vio ningún mal gesto a nadie, ni de aquí ni de fuera, y el ambiente fue inmejorable.

En definitiva, una muy buena fiesta, a pesar de lo corta que fue ambos días, sobre todo el sábado, y a la que espero volver más veces. Sólo me queda un poco de pena de no haber visto el teatro danés. Si alguien se pregunta cómo rayos hicieron unos daneses para entretener a un público español con una obra de teatro cuando ninguno sabe el idioma de los otros, pues fue muy sencillo: unos gallegos grabaron las voces de toda la obra, y los nórdicos la representaron en silencio. O eso es lo que pude averiguar con el traductor de Google... Otra cosa digna de comentarse es el atuendo de locales y foráneos. No hace falta ni verles la cara para distinguir de dónde es alguien: si ves un vikingo vestido con una túnica más bien sencilla, un Mjølner (martillo de Thor) al cuello, como mucho una cota de malla y poco más, no te quepa duda de que es danés y sabe un poco del asunto; si, por contra, ves a uno con un casco con cuernos, armadura exagerada, lleno de pieles y demás elementos que salen en las películas y en los videoclips de Turisas, ten por seguro que se trata de un gallego.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Hell Militia - Last station on the road to death (2010)


1. Always the Same
2. Born Without Light
3. Unshakable Faith
4. Et in Inferno Ego
5. The Ultimate Deception
6. Fili Diaboli
7. Shoot Knife Strangle Beat & Crucify [versión de GG Allin]
8. The Pig That Became a God
9. Last Station on the Road to Death

¿Os acordáis de las Legiones Negras francesas? Ese grupo de grupos (valga la redundancia) de black misantrópico hiper true e hiper underground que sólo sacaron maquetas y casi ninguno duró más de tres años. Vlad Tepes, Mütiilation, Belketre... Algún día hablaré de ellos con más profundidad. Pues bien: Hell Militia es un grupo continuador de ese espíritu, creado en el 2001 y liderado por Meynach, cabeza pensante de Mütiilation. Además, algunos de los otros miembros también vienen de grupos de cierto nombre en el nivel subterráneo, como los efímeros Epic o Vorkreist. Con esos antecedentes, no es difícil imaginar por dónde va a tirar el grupo. Last station on the road to death es su segundo larga duración. Y, si bien tiene sus cositas interesantes, también tiene otras que no lo son tanto.

Mal de todo no está. De hecho, si te gusta mucho el black metal crudo, del más primitivo, creo que tiene algunos alicientes. El principal problema es que las partes lentas son más bien sosas y repetitivas, y aproximadamente la mitad del disco son partes lentas, así que echa cuentas. De todos modos, las partes rápidas tienen su aquel, y lo que realmente le aporta algo de interés al álbum son las variaciones que aparecen de vez en cuando. Por ejemplo, en "Unshakable faith" aparece un dueto/diálogo bastante curioso. "The ultimate deception" presenta por ratos un ritmo bastante épico, sobre todo hacia el final, que es una pena que no exploten más a lo largo del disco porque queda muy bien, y sólo lo usaron en esa y en "Fili diaboli"; ésta termina con mucho ruido y rugidos, y no soy aficionado al ruido pero ahí le queda bien. "The pig that became a god" tiene una parte con la batería y sus timbales (o lo que sea eso) como protagonistas. Sin embargo, unos "momentos estelares" aquí y allá no sirven mucho para salvar un disco que en general es monótono, repetitivo y sosainas. El tema que más me llamó la atención las primeras veces que lo escuché fue "Shoot Knife Strangle Beat & Crucify", cantado casi totalmente por coros y con un aire que se me antojó muy épico, como de canto de batalla, o yo qué sé. Luego me enteré de que es una versión del punkarra GG Allin.

Resumiendo, en The last station on the road to death hay algunos elementos interesantillos perdidos en un mar de repetitividad y hastío, a excepción de un par de canciones; y el hecho de que la canción más llamativa sea una versión no me dice gran cosa de un grupo. Puro odio, sí; actitud, también; la música en sí es, a mi ver, lo que falla.