lunes, 22 de octubre de 2012

Samhainfest Budapest 2012: Arkona, Dalriada, Silent Stream Of Godless Elegy, KerecsenSolyom y otros. 29 de septiembre

Al día siguiente del anteriormente reseñado Samhainfest de Brno se celebró otro festival con el mismo nombre en Budapest, la capital húngara. Podemos decir que este acontecimiento fue algo mayor por tres razones. Una, eran más grupos. Dos, la sala y el escenario eran más grandes. Y tres, era el lanzamiento del nuevo álbum de Dalriada, Napisten hava, que yo creía que ya se estaría vendiendo en Brno pero no fue así. O sea, que fue el lanzamiento a todos los efectos. Además, su concierto fue especial por otras razones que relataré a su debido tiempo. Empecemos por el principio.

Llegamos a las tres o tres y cuarto, y a y media empezaba a tocar el grupo local Ankh. A continuación salió otro llamado Tales of Evening. Los vi a ambos y ninguno de los dos me dijo absolutamente nada. Quizá si les diera una escucha con más calma en casa les encontraría algo más de gracia, pero en ese momento y lugar me pareció que tanto uno como otro hacen una música tan genérica (Ankh más folki, Tales of Evening más gotiquillo) que acabaron y me quedé como estaba. Al menos fueron entretenidos el poco rato que tocaron cada uno.

El tercer grupo fue Niburta, banda que últimamente parece que se está promocionando bastante. Lo componen nada menos que nueve personas; me pregunto cómo rayos se apañarán en escenarios pequeños. Son húngaros también, acaban de sacar su primer larga duración y hacen un estilo que me recuerda un montón a Eluveitie. En la parte central de la sala hay bancos y mesas; estuve viendo a Niburta un rato sentado en uno de esos bancos, y al rato me había dormido sobre la mesa, debido a la paliza ferroviaria de la noche anterior. Es decir, que de tres grupos, dos fueron insulsos (más me habría valido dormir antes y llegar más tarde a la sala) y al tercero no le presté atención. Aunque en estudio tampoco es que me apasionen. Sí puedo decir que, si bien el público de los dos primeros conciertos parecía que estaba más por estar, en Niburta había gente más animada.

Mientras me limpiaba las legañas salieron los de KerecsenSolyom. Qué diferencia, colega. Este grupo se come a otros cien veces más famosos. Su música es buena, aunque tampoco la calificaría de maravillosa, pero el tal András Görög es uno de los mejores fróntmanes que en mi vida vi. Ese tío sobre un escenario es como Masha Scream pero más, aunque parezca imposible. Más hiperactivo, más saltarín, más gesticulante, más todo. Era un show mirar para él: corría de un lado para otro, le daba golpes a su pandero, se tiraba sobre un altavoz de esos de delante (¿monitores?) y cantaba tumbado y agarrado a él durante siete segundos, hasta dar el siguiente salto… Y la música está chula también; un folk metal no excesivamente original, pero con buenas composiciones y suficiente variedad. Pena que también fuera un concierto cortito, y que sólo fueran cuatro personas en el grupo, pues la mitad de los miembros que lo componían lo acaban de dejar, así que muchos de los intrumentos folklóricos sonaron grabados. Pero tampoco quedó desmejorado en exceso. Muy bien, sí señor.

A partir de aquí, todos los grupos fueron repetidos con respecto a la noche anterior, así que os recomiendo leer la crónica de Brno (disponible en este enlace), y lo que comentaré aquí serán sobre todo las diferencias entre ambos conciertos.

Virrasztók tocó el mismo set, o uno muy parecido. La escenografía tenía el mismo aspecto gótico, con hiedras y demás, aunque al ser más grande el escenario les cabían más velas; por otra parte, se notaba que al estar en su país se sentían mucho más cómodos, y el cantante de vez en cuando recitaba conjuros y cosas así. En un momento dado sacaron una bandeja llena de chupitos de pálinka y la bajaron para que la gente del público los cogiera, tras lo cual el hombre terminó su solemne perorata y lo bebieron todos a la vez con gesto ritual. Servidor se hallaba algo lejos y se quedó sin chupito, snif, snif…

Qué más. Darkest Era. Estos tuvieron mala suerte. No sé qué narices pasó, pero salieron con retraso (y no porque estuvieran probando sonido; al día siguiente hablé con la batería y me dijo que la culpa no había sido de ellos) y sólo pudieron tocar media hora, es decir, quince minutos menos que el grupo anterior, cuando deberían haber tocado lo mismo. En cualquier caso, aprovecharon bien su media hora y dieron un muy buen concierto, scream for me Budapest, aunque sin la cercanía de la noche anterior, porque las circunstancias eran distintas.

Después vino Arkona, también con un repertorio más corto que la noche anterior, aunque no mucho más; me sorprendió que una de las canciones que se quedaron fuera fuese «Po siroy zemle», que es la que tocan siempre. Sí que tocaron «Katitsia kolo», esta vez recortando un buen cacho de la parte atmosférica final. En cuanto al público, como os podréis imaginar, la sala ya estaba llena, hubo pogos por doquier (estos no me molestaron nada, ¿ves?, aunque sea inevitable llevarse bastantes empujones, si no hay imbéciles todo va bien) y wall of death en «Stenka na stenku».

Lo siguientes eran los cabezas de esa noche. Dalriada, grupo conocido hasta hace seis años como Echo of Dalriada, presentaba disco, y puede que en principio no parezca para tanto, pero creedme que este grupo en Hungría tiene un éxito inmenso (siempre dentro del mundillo metalero), acaso comparable al de Mägo de Oz en España, o casi; y este fue el momento en el que la sala estuvo más llena, en el que más gente coreó las canciones, y también en el que más gente hubo sobre el escenario, pues iban acompañados por dos violinistas, un contrabajista y una cantante extra: Anita Kun, del grupo de power sinfónico Ideas, quien a partir de la noche siguiente sustituiría a Laura Binder, debido a lo avanzado del embarazo de esta última. Entonces, al principio cantó sólo Laura, después salió Anita para dos o tres canciones, luego Laura otra vez, y las últimas las cantaron juntas.

En cuanto al público, ya digo que se sabían todas las letras, escritas en húngaro, y que estuvieron dándolo todo desde el primer momento. Algunos de los temas eran totalmente nuevos; me resultó muy gracioso ver a un tío con el libreto del disco en la mano, comprado un rato antes, y leyendo las letras según las iban cantando. Además, en determinadas canciones hay melodías del folklore popular húngaro, y esas melodías tienen un baile característico que algunos se sabían, con lo que se organizó un corrillo de bailarines en el medio. Al que os cuenta esto le enseñaron ese baile unos días antes y pudo meterse en el citado corrillo, yuju.

Tras un concierto que sorprendentemente sólo duró una hora y su emotiva despedida correspondiente, la sala quedó casi vacía, y de esa guisa se la encontraron los checos Silent Stream Of Godless Elegy. Tuvieron mala suerte, porque además de tener pocos espectadores, la altura del escenario (recordemos que es una sala grande) no permite un contacto con el público tan cercano como la de Brno ni, por tanto, bajar del mismo ni darles el micro a los de las primeras filas. A pesar de todo dieron un concierto muy decente, con la misma calidad compositiva e interpretativa que la víspera y con algunas bromas y juegos entre canción y canción que animaron bastante su espectáculo. Y a las dos de la mañana, tras once horas allí dentro metido, este servidor de ustedes se fue a coger un tren para Bratislava. Concluirá…

Publicada originalmente en The Breathless Sleep el 22 de octubre del 2012, archivada en Furia Asgardiana el 1 de mayo de 2019.

jueves, 18 de octubre de 2012

Samhainfest Moravia, Brno, 28·IX·2012

Cartel

Ver todas las fotos (las mínimamente decentes)

Hace dos fines de semana nos hicimos una tournée de tres conciertos similares en tres países distintos en tres días: primero Brno, en Chequia; luego Budapest, en Hungría, y para terminar, Bratislava, en Eslovaquia. Hubo tres grupos que coincidieron en todas las ciudades: Arkona, Darkest Era y Dalriada; y dos que sólo coincidieron en Brno y Budapest: Virrasztók y Silent Stream of Godless Elegy.

El concierto de Brno, organizado por los mencionados Silent Stream, se llamó Samhainfest Moravia; y el primer concierto de nuestra maratón de tres días fue el de los checos Cruadalach. Un genial inicio, porque aunque eran las cinco y media de la tarde, ya había bastante gente, y por otro lado, el espectáculo que dan es muy bueno. Salieron los ocho miembros que son, todos en falda, a excepción del tío del violonchelo, por aquello de que toca con un cacharro enorme entre las piernas. Además de guitarra-bajo-batería llevan el mencionado violonchelo, un violín y diversas cosas de soplar de las que se encarga siempre la misma chavala: flautas, una chirimía o bombarda o algo así... Todos los músicos derrochan un montón de energía, especialmente el cantante, Radalf, que animó muchísimo al público e incluso bajó a cantar entre el público y se metió en un pogo. Una pena que su música no me guste en demasía. Le dedicaron "Code Satyros" a una chavala que por lo visto había ido desde Budapest. El sonido estuvo bien en general, excepto en el blast beat de la última canción, durante el cual SÓLO se oía la caja, y menos mal que las otras canciones no tienen de eso.

Cruadalach

Repertorio de Cruadalach:

1. Rage starts here
2. Hear our voices
3. Cruadalach
4. Earth Café
5. Code Satyros
6. Living with pride
7. Nezlomní
8. Vrásčitá
9. Pramen Epony
10. Zlatovláska



Los siguientes fueron los cadavéricos Virrasztók. Este grupo húngaro, cuyo nombre se refiere a la persona que vela a un muerto, practica una original mezcla entre folk, metal gótico y electrónica, acompañado todo ello de una escenografía totalmente gótica: caras pintadas en plan vampírico, hiedra cubriendo los pies de micro... Me gustó bastante el detalle, en una canción que habla de un verdugo, del violín imitando el sonido de una guillotina mediante una rapidísima fricción con el arco en la nota más aguda. No recuerdo si en Brno pusieron velas o no, pero en Budapest sí, y el cantante hace muchos gestos, o le entrega una vela solemnemente a la chavala de al lado, etcétera. Chavala, por cierto, cuya voz me gusta lo justo, aunque es mejor que la que tenían antes. Es que lo malo de este grupo, y que ya pensé al escuchar el disco hace unos meses, es que, aunque su propuesta sea muy original y lo que quieras, me parece un poco mal llevada a cabo. Siendo más concreto: tienen algunas canciones buenas, pero otras, desde el punto de vista compositivo, me parecen desordenadas, o mal pensadas. A veces me da la impresión de que mezclan la base de una canción con la melodía de otra. En cualquier caso, reunieron una muchedumbre que no te quiero ni contar. Era el segundo concierto, seis y media de la tarde, y el local estaba lleno hasta el final; se podía pasar, la gente no estaba apretada, pero ocupaba toda la sala, y esta muchedumbre se disolvió temporalmente durante el siguiente concierto...

Illuminandi

...Que no fue otro que el de los polacos Illuminandi, el grupo de la discordia. ¿Discordia por qué? Pues porque sus canciones tienen temática cristiana, cosa que, por no pegar mucho con un festival llamado Samhain y ser paganos varios de los otros grupos, provocó una batalla dialéctica en el Facebook e incluso alguna que otra sugerencia de boicot, aunque al final no pasó nada y todo quedó en el berrinche de unos pocos desde su habitación. En cuanto al concierto, que es lo que nos importa, tengo que decir que fue el primero de esa tarde que realmente me gustó, aunque antes de planear el viaje no conocía ni el nombre del grupo, y ni me molesté en buscar nada por internet. Son más góticos que otra cosa, aunque también tienen su toquecillo folki, y sus canciones me gustaron bastante. Melodías bonitas, buen uso del violín, dosis justa de agresividad, variedad compositiva... Muy bien, la verdad, y como espectáculo, nada fuera de lo común pero entretenido.

Algo similar me pasó a continuación con los checos Silent Stream of Godless Elegy, organizadores del evento, a los que tampoco conocía más que de nombre y me sorprendieron gratamente. Éstos sí que son góticos con todas las de la ley, y sus composiciones son en general bastante trabajadas y complejas. Hubo momentos, curiosamente, en los que la percusión me recordó a la de Primordial. Por lo demás es un estilo totalmente distinto, claro, pero sigo creyendo que la batería, en algunas partes, tiene su parecido. Tienen un cantante de cada sexo, y lógicamente dos personas animan más que una, ventaja que saben aprovechar. En "Slava", cuyo estribillo dice simplemente "slava, slava", llegaron a darle el micrófono a gente del público. La tipa baila de una forma un tanto curiosa, con las piernas juntas y moviendo los brazos en plan oriental, o girando sobre sí misma impulsándose con los brazos; me hizo mucha gracia el comentario de mi acompañante: "eso estaría muy bien si no fuera porque está mal". Anecdótico, vaya. Muy buen concierto, me gustó.

Silent Stream of Godless Elegy

Por fin llegó uno de los platos fuertes: el primer concierto de la gira europea de Dalriada, un grupo que por el mundo adelante es muy poco conocido pero que en su Hungría natal tiene un éxito enormísimo. Desde el año pasado parece que se empiezan a promocionar un poco por el extranjero y mucha gente los estará conociendo en esta gira, pero de novatos tienen poco, pues llevan funcionando desde 1998 y ya tienen siete discos a sus espaldas, el último de los cuales sería lanzado el día siguiente a este festival; pero esto no impidió que tocaran canciones nuevas. Algunas ya las llevaban tocando varios meses y otras pudimos oírlas por primera vez. Bueno, hablo en plural pero creo que en realidad sólo fue una: "Napom, fényes Napom". La cantante Laura Binder se movió menos de lo que probablemente le gustaría porque está embarazadísima, de hecho ese fue su primer y penúltimo concierto de esta gira; ahora mismo tiene una sustituta. A pesar de ello, ni se estuvo totalmente quieta ni sucedió nada que impidiera a estos húngaros dar un buen concierto con constantes pogos. Por cierto, la primera mitad del concierto muy bien, pero durante la segunda estuve más atento a una imbécil que al concierto, porque le dio por empujar a la gente a lo animal con la excusa del pogo; y si a un tiparraco no me atrevo a darle dos collejas porque antes me las da él a mí, a una chavala menos, porque entonces me las dan los treinta tíos de alrededor, especialmente si está buena, como era el caso, y menudo caso... Lo que sí aprendió fueron palabrotas en castellano. Total, que con la tontería presté poca atención a las últimas canciones de Dalriada. Como anécdota curiosa, el batería es el único que sabe inglés un poco decentemente, pero el que hablaba era el guitarrista, quien en mitad de una frase le tuvo que preguntar a su compañero el nombre del país en el que se hallaban. Tocaron una hora o poco más.

Dalriada

Repertorio de Dalriada:

1. Égi Madár
2. Ígéret
3. Napom, fényes Napom
4. Szent László 1
5. Leszek a Csillag
6. Kinizsi Mulatsága
7. Saltarello
8. Borivók éneke
9. Szondi két apródja
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10. Hajdútánc


Estreno de "Napom, fényes Napom" en directo

Con retraso acumulado, aunque no excesivo, salieron los cabezas de esa noche: Arkona, quienes dieron el concierto más largo del festival, con hora y cuarto repleta de canciones de todas las épocas. Es lo menos que cabría esperar en una gira de décimo aniversario, ¿no creéis? Es la tercera vez que los veo y no me sorprendió ver una vez más la increíble hiperactividad de la cantante Masha Scream, que no para quieta más que en algunas partes lentas que pueda haber. A diferencia de otras giras, en la actual va el grupo completo, es decir, que el flautista/gaitero Vlad Volk está presente, lo cual siempre da más juego (además es un tío que anima mucho al público), aunque siguen llevando un montón de material pregrabado. El setlist incluyó unas cuantas sorpresas: "Maslenitsa", "Vidu ia na voliushku", cerraron con "Oy, to ne vecher", cosa que hace unos años era tradición, y la que menos me esperaba de todas: "Katitsia kolo", con la parte ambiental final incluida en su totalidad. De hecho me pareció incluso excesiva, y ellos debieron de darse cuenta porque en los dos conciertos siguientes la cortaron bastante antes. Al acabar el concierto estuve hablando con Vlad Volk, y cuando le comenté que no me esperaba oír algunos de esos temas, se rió y me respondió: "¡Yo tampoco!". En la hoja que tenían pegada en el suelo aparecían dos canciones más que no tocaron: "Skvoz tuman vekov" y "Solntsevorot", y me fastidia que no sonara esta última, ya podían quitar "Leshi" o alguna carallada de esas en su lugar...

Arkona

Repertorio de Arkona:

1. Az (intro)
2. Arkaim
3. Goi Rode Goi
4. Od Sertsa k Nebu
5. Slovo
6. Pamiat
7. Slavsia Rus
8. Zaklaitie
9. Katitsya Kolo
10. Leshi
11. Maslenitsa
12. Po Siroi Zemlie
13. Kupalets
14. Vidu ia na voliushku
15. Stenka na stenku
16. Yarilo
17. Oy, to ne vecher
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18. Kupala i Kostroma


Los últimos fueron los norirlandeses Darkest Era, el grupo al que más ganas le tenía esa noche. Cuando Arkona anunció la gira me alegré, cuando se anunció a Dalriada como grupo telonero me pareció bien, pero cuando se incluyó a Darkest Era me puse todo contento, porque el único larga duración que tienen hasta la fecha está genial, y desde luego no me esperaba tenmer oportunidad de verlos tan pronto. Sin embargo, todavía son muy poco conocidos, y unido a que tocaban después de Arkona, es fácil suponer que la sala se quedó casi vacía. Lo bueno de esto es que el concierto fue muy cercano. El cantante dio las gracias a los pocos presentes por habernos quedado, le dio unos tragos a una botella de vodka y a continuación la pasó por el público, y no la aceptó cuando se la devolvimos. Acabáosla, dijo. Poco duró, realmente. También bajó a cantar entre el público, pero a diferencia del de Cruadalach, bajó más de una vez y se quedó mucho más rato, y acabó con dos o tres personas pasándole el brazo por los hombros y cantando el estribillo con él. Lo dicho: poca gente y muy cercano. Huelga decir que me encantó, claro. Me hizo gracia su dickinsoniano grito de "Scream for me, Brno!". Tiene muy buena voz, y los otros cuatro tocan muy bien y se mueven muchísimo. Jóvenes y enérgicos, me encantan.

Darkest Era

Repertorio de Darkest Era:

1. An Ancient Fire Burns
2. On The Crest of Doom
3. Heathen Burial
4. To Face the Black Tide
5. Poem to the Gael
6. The Last Caress of Light Before the Dark
7. The Morrigan

Y así terminó la primera noche de tres, tras lo cual echamos a correr como posesos, mapa dibujado a boli en mano y casi volando, por las calles de Brno para no perder el último tren a Budapest y presenciar lo que relataré en la próxima crónica.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Carpathian Alliance: crónica del sábado 11

Volver al viernes 10

El sábado llegué al festival más o menos a tiempo, aunque me entretuve en la cima con unos tíos muy majos que acababa de conocer y cuando me di cuenta ya era la hora de Viter, grupo que no me quería perder por nada del mundo, y otra vez eché a correr como un loco, total para al final llegar tarde otra vez. Esto sí que me jodió, porque me apetecía muchísimo verlos y no sé si podré volver a hacerlo otra vez.

Permitidme que hable un poco de la corta trayectoria de Viter antes de relatar el concierto. Este grupo fue formado por Vitergzir tras abandonar Kroda, donde había militado varios años, y de momento tienen tres lanzamientos: un EP de veinte minutos llamado Dzherelo (2010) que en mi opinión es una verdadera preciosidad, una joya del metal folki y tranquilito pero totalmente pagano y apasionado al mismo tiempo; luego otro llamado Diva ruzha (2011), junto con un grupo de folk medieval llamado Kings & Beggars, lanzamiento en el que todas las canciones menos una son acústicas; y este verano sacaron, solamente en formato digital, su álbum debut, con un estilo diferente: una especie de folk industrial, como si Rammstein estuviera haciendo una versión suya, y cantado en inglés, no en ucraniano, como el material anterior. Si bien respeto totalmente que hagan lo que mejor les parezca, me da pena el cambio porque antes era una maravilla de música la que hacían y ahora no está mal, pero no me hace demasiada gracia.

Volvamos a los Cárpatos. Cuando llegué estaban tocando una de las del primer EP, “Krov tikae”, que alargaron un montón al final. A continuación vino la espantosa “Marichka”, durante la cual destrozó un instrumento contra el suelo que no me dio tiempo a ver, luego “Wool fish love”, que no está mal, y para terminar, la estupendástica y fantabulosa “Vidrizh”, más coreada de lo que me esperaba (yo me desgañitaba vivo, por supuesto), con un final muy intenso y Vitergzir sacando una especie de pipa/trompa gigante que al soplarle por el extremo pequeño empezó a echar chispas por el lado grande. Aunque también estiraron el final un poco. Será porque tienen pocas canciones y las estiran para llenar minutos, pero me extraña porque tienen material más o menos suficiente, creo yo. Igual no ensayaron muchas. Por lo que me contó una chavala que había llegado a tiempo, abrieron con “Dzherelo” y no sé qué más tocaron. Otra cosa curiosa es que entre canción y canción ponían efectos de sonido de viento y otros elementos boscosos.


Otra vez salió el pavo de la perilla a anunciar el siguiente grupo: Arkona. Estos no se cortaron un pelo en hablar en ruso, y no parece que a nadie le molestara. La mejor descripción de la actitud de la vocalista Masha Scream fue la que, asombrada, me dio la chavala anteriormente mencionada, a quien no le gusta Arkona: "She is a real warrior!" Desde luego, o una guerrera o una motorhead hasta arriba de anfetas, porque es increíble lo que se mueve esa mujer encima de un escenario. Un concierto que desprendió energía por todos lados y muy animado, con un set list corto pero variadito, aunque por desgracia prescindiera totalmente de los primeros discos. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de escuchar temas del último álbum en directo y son una pasada, sobre todo "Slovo", que en estudio no me gustaba tanto. Aunque también hay que decir que todo lo que no sale de los instrumentos que hay en el escenario suena grabado desde un ordenador; no se molestan nada en adaptar las canciones para poder tocarlas en directo con menos instrumentos, o en reducir el material enlatado a un mínimo. Por lo menos esta vez estaba presente el gaitero, flautista y soplador en general Vlad Volk, que por cierto, su gaita se la hizo la artesana gallega Susana Seivane.

SET LIST ARKONA:

Arkaim
Ot serdtsa k nebu
Goi, Rode, goi
Slovo
Slavsia, Rus
Zakliate
Po siroy zemle
Kupalets
Stenka na stenku
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Yarilo

Podéis ver que no metieron muchas fiesteras, de lo cual me alegro. "Kupalets" fue para mí una gran sorpresa; no esperaba que la fueran a tocar en un concierto tan pequeño. "Stenka na stenku" en ruso significa "pared contra pared", con lo que ya podéis imaginar qué actividad típica de los conciertos de metal extremo se montó. Y terminaron con la saltarina "Yarilo" a modo de bis, mientras el frío de la noche anterior empezaba a ser superado o, al menos, igualado.


El siguiente grupo que anunció el de la perilla fue Týr. A estos feroeses los vi el pasado otoño tocando casi exclusivamente canciones de sus dos últimos discos, y no me habría sorprendido que repitieran el mismo set o casi, pero no lo hicieron; si bien los temas recientes fueron predominantes, también cayeron cinco o seis más antiguos. Para mi gusto, las canciones antiguas son muy pesadas. Prefiero las modernas, aunque también es cierto que muchas de ellas son un tanto simples en cuanto a estructura. Pero bueno, estuvo entretenido, la verdad es que no me aburrí, y las que conocía las coreé a gritos, porque sus canciones, otra cosa no, pero coreables son un rato. Por otra parte, el bajista, Gunnar, posiblemente fuera el tío más simpático y enrollado de todo el festival y de Dinamarca y de Europa si me apuras. Al acabar el concierto fue a hacerse fotos con la gente. Hari, el cantante, comentaba más tarde que durante el concierto casi no notaba los dedos de lo fríos que los tenía, pero si metió muchas gambadas yo no las noté.


Seguíamos acumulando retraso, y creo que era casi la una cuando salieron ensangrentados los maestros Moonsorrow a tocar en Ucrania por primera vez en su carrera. ¿Qué voy a decir de ellos? Algo totalmente fuera de lo normal, como siempre. En su paradójico caso, fuera de lo normal es lo normal. Abrieron con "Ukkosenjumalan poika", un clásico de su debut que tocan a menudo pero que aún no me había coincidido de oír nunca en directo. La siguiente fue una grandísima esperada, por ser para muchos la mejor canción del último disco, porque fue la única que no tocaron en la gira anterior, porque montones de personas se quejaron de eso por internet y en persona y porque esa noche debió de ser la cuarta o la quinta vez que la tocaban: la inmensa "Huuto". Casi me siento privilegiado por haber oído ese tema en directo. Pero con Moonsorrow me sucede una cosa: mis canciones favoritas en estudio no lo son en directo, y viceversa, y "Huuto" pierde un poquitín de fuelle. A ver, fue una pasada porque no podía ser nada menos, pero podía haber sido el poquitín más que en directo sí son "Tähdetön" o "Pimeä". Además no me convence el apaño de teclado que hicieron para el principio. Pero el último estribillo casi me sacó la lagrimilla. Luego vino la animada y siempre efectiva "Kylän päässää", seguida por una que ya vi cuatro veces y a cada vez me gusta más: "Jotunheim", tremendamente emotiva.


Más tarde, durante "Kivenkantaja", el guitarrista Mitja dio un resbalón, hizo una elegante finta a ras de suelo que provocó un épico y grandilocuente ¡CHON! por el leñazo que le dio a la guitarra, y con gran arte se puso de pie al momento. Aquello fue para verlo, os lo juro, casi se mata. A continuación vino la coreable y coreada "Sankaritarina", durante la cual se puso a nevar, aunque sólo fuera durante un minuto, y luego a llover. Al terminar, Ville, que estaba con el torso al aire, dijo que notaba que estaba lloviendo y que qué mejor momento para terminar el concierto; supongo que entre el retraso y que se estarían muriendo de frío ya estaban un poco hartos, así que cerraron con "Kuolleiden maa" y el bis que tenían previsto, "Aurinko ja kuu", se quedó fuera. Es una de las que tengo pendientes de oír en directo, a ver si para la próxima tengo más suerte. Al terminar, la chavala que mencioné en los dos conciertos anteriores me dijo, con cara de asombro: "This was the best concert of the whole festival! It was incredible!". Valga su exclamación como resumen.

SET LIST MOONSORROW:

Ukkosenjumalan poika
Huuto
Kylän päässää
Jotunheim
Kivenkantaja
Sankaritarina
Kuolleiden maa

Tras este concierto decidí irme. Me habría gustado ver a los rumanos de Bucovina por lo menos, que eran los siguientes, porque su música en estudio está bastante guay, pero sinceramente, entre la perspectiva de esperar otra media hora al frío ese infernal, o mejor dicho polar, el cansancio de cuatro conciertos y el paseo de dos o tres kilómetros a pie y totalmente a oscuras que aún tenía por delante para llegar al hotel me quitaron todas las ganas de quedarme. De todos modos en este cambio hubo una gran desbandada, si se quedaron setenta personas ya me parecen muchas, y vi una foto del último concierto (tras Alkonost el último grupo fue Paganland) en la que se cuentan exactamente cuarenta y dos personas en el público. Y con esto y un bizcocho, y un paseo bajo un nublado pero ligerísimamente grisáceo cielo nocturno, debido a la época del año y la latitud a la que me hallaba, me despedí del festival más original que presencié hasta ahora.

Volver al viernes 10

martes, 2 de octubre de 2012

Carpathian Alliance: crónica del viernes 10


Ir al sábado 11 

Como podréis imaginar, un festival en lo alto de los Cárpatos ucranianos supuso para un español como yo mucho más que dos noches de conciertos; evidentemente estás leyendo esto porque los conciertos son lo que te interesa, pero espero que disculpes mi entusiasmo por contar someramente cómo llegué allí.

Me bajé de un tren en Lviv el viernes 10 por la mañanita. Un tío muy majo que había sido mi compañero de compartimento me ayudó a pillar el billete a Slavsko, entre otras cosas. Llegué a ese puebliño a las seis y media de la tarde; luego me tuve que buscar la vida para llegar al hotel, situado entre el pueblo propiamente dicho y la estación de esquí (a 3,5 km de aquél y 2,5 km de ésta), trayecto que por pura casualidad acabé haciendo en un autobús destartalado que parecía salido de los años 40 lleno de gente que no me entendía y a la que no entendía, dejé las cosas en el hotel y fui a pie hasta la estación de esquí, adonde llegué a las 21:00, cuando se suponía que el festival había empezado una hora antes. Tuve que esperar por el organizador, que bajó a darme la pulsera, y luego me tocó media hora de telesilla muriéndome de frío en pleno agosto. Resultado: me perdí el primer grupo, que tenía que ser Todestriebe, pero por alguna razón se cambió y los primeros fueron los turcos Moribund Oblivion. O sea que a esos me los perdí.

Bajé del telesilla y eché a correr como un poseso para ver a Dark Funeral, que ya estaban tocando cuando llegué, pero lo que me perdí fue muy poco, sólo una o dos canciones. Era el grupo que más me apetecía ver ese día y la verdad es que estuvo muy bien, es un grupo bastante potente en directo. No hacen nada fuera de lo común, al menos en este concierto no lo hicieron, pero lo que hacen lo hacen bien y sin duda saben captar la atención de la gente. Hacia la tercera canción rompieron una cuerda o tuvieron un problema parecido, y el cantante pidió disculpas y dijo “enseguida volveremos con canciones aún más rápidas”, cosa que me parece un poco… no sé, infantil, pero bueno, el caso es que enseguida arreglaron eso y siguieron a lo suyo ya sin más problemas. Se fueron muy pronto, y creo que se equivocaron, porque luego volvieron pero no fue el típico bis de una o dos canciones, sino que tocaron cuatro o cinco más por lo menos.


Cuando se fueron definitivamente, salió un tío a hablar diciendo que acabábamos de disfrutar de Dark Funeral, gran grupo que nosequé y nos ofrecieron un conciertazo de nosecuánto… Supongo que diría algo así, vaya, porque de ruso voy justo y ni siquiera sé si hablaba en ruso o en ucraniano, pero tenía pinta de ser algo parecido, y luego lo mismo de Carpathian Forest, el grupo que iba a venir. Con la tontería, el hombre se tiró hablando cinco minutos, y lo mismo haría a partir de entonces entre un concierto y otro.

Los noruegos Carpathian Forest daban su primer concierto en algo más de tres años, y fue una situación bastante especial porque precisamente estaban tocando en un Carpathian forest, en un bosque cárpato. Aquí tengo que decir, aunque muchos me odiaréis por ello, que este grupo me gusta lo justito. No sé, se me hace desganado, qué queréis que os diga… No me parece malo en absoluto y puedo entender perfectamente que a otros les guste, pero a mí no, así que no puedo decir que me animaran mucho. Sin embargo, mucha gente se volvía loca con ellos, hubo pogos a mansalva… y el cantante, Nattefrost, es muy gracioso, decía que odiaba ser sentimental pero que nos quería a todos, y que no podía decir esas cosas porque se supone que aquello era black metal pero que estaba enamorado de su público y muchas gracias. Además tiene una voz como acaramelada. Gruñe como un animal en las canciones y cuando habla parece un buenazo feliz y tranquilito con pintura cadavérica en la cara. Debo decir que me gusta mucho más esa actitud, tocando en serio, haciendo música seria y pintados para “dar miedo” pero al mismo tiempo permitirse reírse de sí mismos, que la de Dark Funeral, que van de superduros; y no digo que no les pegue, pero no sé, me gusta más ese equilibrio seriedad-cachondeo. Un policía de bigote muy simpático le dijo a una chavalita loca que fuera a buscar a los miembros del grupo para que le firmaran autógrafos.


Si bien hacía frío desde que llegué arriba, a estas horas el frío ya era bestial para ser diez de agosto. Estaríamos a unos cinco grados. Veía mi propio aliento en una densa nube. Un grupito de personas hizo una hoguera junto al puesto de perritos calientes, pero lo único que conseguí al acercarme fue apestar a humo y seguir igual de frío, así que me puse a dar saltos como un mono mientras salían los colombianos Inquisition, que me sorprendió ver que eran DOS tíos en total, uno en la batería y otro con una guitarra y pegando gritos. El de delante no habló nada hasta terminar la tercera canción; entonces presentó el grupo y dijo: “bien, ahora ya no diré nada más hasta que termine este ritual”. Y así fue. Cuando acabaron la última canción dio las gracias y se piraron. Evidentemente, un tío solo no puede dar mucho espectáculo, pero la verdad es que se apañó muy bien y su concierto estuvo entretenido, aunque opino que su música se parece demasiado a Immortal y su voz, a la de Abbath. Pero no estuvo mal.


Después vinieron los moscovitas Todestriebe hablando en inglés. En algunas zonas de Ucrania, y muy especialmente en la que nos hallábamos, los rusos y su idioma no caen nada bien (no sé si visteis en el telediario que el mes anterior en Lviv hubo manifestaciones y movidas varias en contra de la oficialidad del ruso en Ucrania), y supongo que por eso optaron por hablar en inglés. No sé. En cualquier caso, la parte de que vi su concierto estuvo decente; estos sí que son mucha gente (cinco o seis), su pintura mola y dan espectáculo, pero la música me pareció un poco genérica, black metal del montón. Tampoco estaba para mucho juzgar porque eran las tres de la mañana, el día había sido cansado y me estaba muriendo de frío, así que decidí bajar de la montaña e irme al hotel, perdiéndome por lo tanto a Devilish Impressions y Molphar. En ese momento me sentí felicísimo de no tener que meterme en una tienda de campaña a helarme durante más horas. Me monté en uno de esos endiablados quads que pilotaban viejos locos por diez euracos, pensé que mi vida iba a acabar ahí, y al llegar abajo hubo un giro de los acontecimientos y no sé muy bien cómo acabé emborrachándome con un desconocido y volviendo al hotel en la furgoneta de Dark Funeral… Pero eso, como decía el maestro alemán, es otra historia y debe ser contada en otro lugar (próximamente).


Hablemos ahora del recinto y la organización. Lo del telesilla es muy bonito y muy bucólico y muy romántico pero no quería yo verme bajando durante media hora o tres cuartos a las cinco de la mañana, y los quads eran caros. Este telesilla te deja arriba de todo, en la cima del tope del cumio del pico de la cumbre de la montaña, y luego tenías que bajar unos cinco minutos (o dos si vas corriendo como un descosido como yo) hasta el lugar donde estaba el escenario. Ni había ni cabía mucha gente; no me esperaba un Wacken, evidentemente, pero tampoco creo que hubiera muchas más de quinientas personas allí. Había un "mercadillo" que consistía en un puesto de camisetas pequeño aunque nada mal surtido y una mesa con dos cajas de CDs de black metal a buenos precios, al menos para un bolsillo español, 6 ó 7 € en su mayoría. También había dos puestos de hamburguesas y perritos calientes por un euro (diez grivnas; al principio creía que eran ciento ochenta y casi me caigo del susto, pero al rato me di cuenta de que eso eran los gramos, ¿qué culpa tengo yo de que la inicial sea la misma?) y, cerca de uno de ellos, un tejado portátil con unas cuatro mesas con sillas debajo. Modesto pero apañadito. Lo que no había, ni arriba ni abajo, es un cajero; el más cercano estaba en la estación de tren, a seis kilómetros del principio del telesilla, cosa que me supuso un bonito quebradero de cabeza el segundo día...

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