[La entrada de la foto es falsa. Detalles de la gira AQUÍ. Crónica dedicada a Matraco, que se quedó con las ganas. Varias fotos robadas de MetalTrip, que son cojonudas. Y pinchablemente agrandativas.]
Al madrileño barrio de Carabanchel, el pasado sábado 22 hacia las 19:30 - 20:00, le salió una mancha negra delante de La Sala Live!: un montón de jevis apelotonados esperando a que abrieran las puertas para disfrutar del directo de estos cuatro grupos finlandeses. Algunos iban disfrazados para la ocasión y llevaban cascos con cuernos, o rayas en la cara al estilo Ensiferum, o bebían de un cuerno, o llevaban banderas de Finlandia. Abrieron con algo de retraso, a las ocho y veinte; y aún no se había llenado la sala (yo por suerte ya estaba dentro) cuando salió a escena el primer grupo, que para sorpresa de muchos fue Falchion, y no Kivimetsän Druidi, como esperábamos.
Lo que hacen, a grandes rasgos, es death melódico; recuerda bastante a los primeros Ensiferum. Más tarde me enteré de que el rubito de la guitarra y la sonrisa de fumado toca el acordeón en Korpiklaani; no entiendo de acordeonistas, pero con la guitarra es un genio, se manda cada solo que flipas. De hecho, un par de temas que interpretaron están hechos solamente para lucimiento suyo. Juho Kauppinen, se llama. Tocaron unas siete u ocho canciones, tanto de su debut como de su segundo álbum, Chronicles of the dead, que presentan en esta gira. Creo que uno de los temas que tocaron era una versión, porque la gente se excitó más de lo normal y se empezaron a pegar (qué es si no el mosh), pero si es así, yo no conocía la original. Respecto al sonido, en la primera canción sólo se oía la caja; el de la mesa fue eficiente y al poco rato ya se oían todos los instrumentos como debe ser. Y tras unos tres cuartos de hora, abandonaron el escenario, dejando al público más que satisfecho y con ganas de que continuara el festival. (Por cierto, el batería también es el de Korpiklaani.)
A los diez o quince minutos salieron los jovenzuelos Kivimetsän Druidi, y digo jovenzuelos porque todos tienen entre 21 y 23 años (salvo la cantante Leeni-Maria, que tiene 30), y se pusieron a adornar el escenario a su manera. Llenaron los pies de micro de cintas y plumas y pusieron un par de mariconadas más; esta tarea les llevó unos cinco minutos, y cuando lo tuvieron todo a su gusto, empezaron a atronar con "Jäässä Varttunut". Esta gente hace una mezcla bastante curiosa de metal folklórico-sinfónico (sección black) con una voz gutural y otra de soprano. Desde luego, no es lo más habitual en el género; hay mucha gente a la que no le gusta un carallo la combinación ("estaría muy bien si no tuvieran a la tipa esa por el medio"), y mucha otra a la que sí. Los tíos iban vestidos con unos trajes aparentemente raídos y viejos, y llevaban la cara pintada con rayas, más o menos al estilo Turisas pero de color marrón y "sucio". Por contra, la cantante llevaba una falda en plan Pocahontas y cintas rojas colgando de los codos y del pelo. La reacción del público fue buenísima, todo el mundo se puso a saltar nada más empezaron; la segunda canción fue la chapucera "Blacksmith", coreada por casi todos los presentes; tras esta vino "Halls of Shadowheart", y la peña no se cansaba de empujarse. En palabras del bajista Simo Lehtonen, "you are the craziest audience so far this tour!", y no sé hasta qué punto será la típica frase que se dice en los conciertos... El punto negativo de la actuación fue un problema con el micrófono de Leeni-Maria, que a mitad de concierto, aunque nunca se dejó de oír, sonaba muy bajo, casi había que intuirlo. Y al pobre Antti Koskinen (teclado) no le alumbraron nada, estuvo todo el rato en penumbra en su recuncho del escenario. Por lo demás, el concierto fue buenísimo. Ejecución precisa, muy buenas canciones, directo vistoso y buena respuesta del público. Respecto a la vistosidad, además de los mencionados adornos y atuendos, un elemento importante es el comportamiento de la señorita Hovila, que como si no canta no tiene otra cosa que hacer, pues se pone a bailar de una manera curiosa, tipo danza oriental, interactúa con el público, le pide gritar, callar, dar palmas, pone cara de misterio cuando llega una parte lenta, cosas así. Si te gusta mínimamente su música y tienes oportunidad de verlos, no dejes de hacerlo, sin duda vale mucho la pena. Además, de un tiempo a esta parte mejoraron mucho; en el YouTube se puede ver un concierto del año pasado con su anterior cantante, y en comparación con el concierto que presencié la diferencia es gorda.
Esta gente también tocó unos cuarenta y cinco minutos, y tras otro rato esperando, salieron los chavalotes de Battlelore, estando la sala ya prácticamente llena. Serían las diez y pico. Venían también pintarrajeados y con atuendos de guerreros (el guitarrista-rugidor parecía Darth Maul), aunque las chicas en este caso iban algo más discretas: la del teclado no recuerdo cómo iba, la cantante llevaba un traje de noche negro liso. El señor que rugía no era Tomi Mykkänen, como debería ser, porque se quedó en su casa por motivos familiares, y el que le sustituye en esta gira es Harri "Witch King" Hyytiäinen, de Avathar. No conozco al original, así que no puedo comparar, pero la gente parecía contenta.
Respecto a su actuación... pues mucho no voy a decir, porque Battlelore nunca me hizo mucha gracia. Casi todo lo que hacen está basado en la obra de Tolkien, y su música tiene muchos elementos sinfónicos y épicos, bastante velocidad en general, y dos voces: una limpia femenina y una gutural masculina. Aburrido no fue, eso es verdad. Pero desde luego tampoco hacen música fiestera, como parecía pretender Kaisa cuando decía "this song is about having some servesas". El Harri ese tenía una espada que levantaba de vez en cuando y que blandía sobre las cabezas de la gente. El sonido fue decente salvo por algún problema con el mismo micrófono de la actuación anterior. Y entre que el grupo no me gusta mucho y que, por motivos ajenos al concierto, yo estaba bastante cansado, no estuve muy atento, y no voy a comentar más sobre ellos en esta crónica. Sí puedo decir que sus fans salieron contentos de allí, y que recibieron buenas críticas; hasta a mí me entretuvieron, así que no hay queja posible sobre ellos. No llegaron a una hora de actuación por pocos minutos.
Y por último, salieron a escena los esperados Korpiklaani con su alegre humppa metalizado. La gente estaba deseando ponerse a dar empujones, y encima van los hombres estos y empiezan con "Wooden pints"... podéis imaginaros la que se armó allí. Encima yo, de listo, en el puto medio del meollo. Me vi literalmente caught in a mosh...
Menudo conciertazo se mandaron. Aunque en realidad no importa mucho cómo se comporten ellos; mientras toquen bien, su música lo hace todo. Y digo esto porque algunos de los músicos se pasaron el rato todos seriotes: el bajista Jarkko, el acordeonista Juho (que ya no sonreía) y el violinista Hittavainen, que como mucho hacía los cuernos con la mano del arco. No es que fueran distantes, de hecho tanto Jarkko como Juho estaban inclinados lo más cerca posible del borde del escenario sin caerse, simplemente estaban serios. El guitarra Cane estaba arrinconado en la esquina de los teclistas de los grupos anteriores y no lo vi siquiera hasta los bises. Al batería no se le veía porque al batería nunca se le ve, y por último, Jonne parecía divertirse por él y por todos: sonreía, bailoteaba, hablaba... Los clásicos se fueron sucediendo, canciones nuevas tocaron más bien pocas. Será coincidencia, pero tocaron casi todas las que yo mejor conocía al principio; en la segunda mitad no me divertí tanto, pero la peña de delante (a la segunda canción me fui para atrás, que aquello era un caos) seguía brincando como en la primera. "Cottages and saunas", "Korpiklaani", la coreadísima "Happy little boozer" (esa sí que fue una pasada, gritábamos tanto que casi no oíamos los instrumentos)... La última fue "Beer beer", antes de la cual abrieron unas botellas de cerveza como si estuvieran en un pódium, agitándolas y mojando a los que estaban delante. Y para compensar, les tiraron un par de ellas para que las bebieran. Hablo en plural pero todo esto lo hacía Jonne, claro, que era el simpaticote.
Hubo un detalle que me hizo gracia. En el silencio entre canciones, la peña se puso a berrear: Koooooorpiklaani, plasplas, plasplas, plas. Koooooorpiklaani, plasplas, plasplas, plas. Mientras tanto, uno bebía, otro afinaba una cuerda o estiraba el cuello... y cuando nos callamos, Jonne nos echó una mirada confusa, como diciendo: "¿qué pasó? ¡pero seguid!", y claro, obedecimos como buenos niños. Entonces Matson empezó a acompañarnos con la percusión, y así estuvimos un ratito. Al final del concierto, se subió con cara de miedo a los altavoces que tenía delante y se tiró encima del público; tuvo suerte y salió bien parado...
En conclusión, fue una muy buena noche, en la que el único problema fue un micro que se oía poco. Por lo demás, buen sonido, volumen perfecto (odio que pongan el volumen a tope, se distorsiona todo y duelen los oídos, eso no es ser más jevi, es ser más gilipollas), público más que entregado y grupos dándolo todo o casi todo. Creo que la mayoría de grupos suenan mejor en directo que en estudio (en directo si estás allí, no si lo oyes grabado) y esto no fue una excepción; de los esta noche, creo que sobre todo Korpiklaani alcanza todo su potencial en directo, sin duda es música para una fiesta como la que vivimos el pasado sábado.
-----------
Ya tá. Fin de la crónica. Sí, lo sé, me quedó muy larga, pero ahora no la voy a borrar...
Al salir del concierto pensaba comprar un CD de Falchion, pero había discos y mariconadas de todos los grupos salvo de ese. De todos modos, los precios no eran nada baratos, así que no me dio pena, ya lo compraré en una tienda. Abajo, en el bar, me encontré con Leeni-Maria Hovila, la cantante de Kivimetsän Druidi, que se mostró muy simpática conmigo; hablamos unos minutos y accedió a firmarme la postal que regalaban y a hacerse una foto conmigo (nos volvimos micos buscando un sitio con luz, porque la cámara de mi móvil no tiene flash). La prueba fehacinte... os la enseño otro día. ^^
Iba a poner una reflexión pero la pongo la semana que viene en otra entrada. Luego pongo un enlace aquí, para la posteridad.
Lo que sí pongo son unos vídeos. Ustedes los disfruten.
Lo que hacen, a grandes rasgos, es death melódico; recuerda bastante a los primeros Ensiferum. Más tarde me enteré de que el rubito de la guitarra y la sonrisa de fumado toca el acordeón en Korpiklaani; no entiendo de acordeonistas, pero con la guitarra es un genio, se manda cada solo que flipas. De hecho, un par de temas que interpretaron están hechos solamente para lucimiento suyo. Juho Kauppinen, se llama. Tocaron unas siete u ocho canciones, tanto de su debut como de su segundo álbum, Chronicles of the dead, que presentan en esta gira. Creo que uno de los temas que tocaron era una versión, porque la gente se excitó más de lo normal y se empezaron a pegar (qué es si no el mosh), pero si es así, yo no conocía la original. Respecto al sonido, en la primera canción sólo se oía la caja; el de la mesa fue eficiente y al poco rato ya se oían todos los instrumentos como debe ser. Y tras unos tres cuartos de hora, abandonaron el escenario, dejando al público más que satisfecho y con ganas de que continuara el festival. (Por cierto, el batería también es el de Korpiklaani.)
A los diez o quince minutos salieron los jovenzuelos Kivimetsän Druidi, y digo jovenzuelos porque todos tienen entre 21 y 23 años (salvo la cantante Leeni-Maria, que tiene 30), y se pusieron a adornar el escenario a su manera. Llenaron los pies de micro de cintas y plumas y pusieron un par de mariconadas más; esta tarea les llevó unos cinco minutos, y cuando lo tuvieron todo a su gusto, empezaron a atronar con "Jäässä Varttunut". Esta gente hace una mezcla bastante curiosa de metal folklórico-sinfónico (sección black) con una voz gutural y otra de soprano. Desde luego, no es lo más habitual en el género; hay mucha gente a la que no le gusta un carallo la combinación ("estaría muy bien si no tuvieran a la tipa esa por el medio"), y mucha otra a la que sí. Los tíos iban vestidos con unos trajes aparentemente raídos y viejos, y llevaban la cara pintada con rayas, más o menos al estilo Turisas pero de color marrón y "sucio". Por contra, la cantante llevaba una falda en plan Pocahontas y cintas rojas colgando de los codos y del pelo. La reacción del público fue buenísima, todo el mundo se puso a saltar nada más empezaron; la segunda canción fue la chapucera "Blacksmith", coreada por casi todos los presentes; tras esta vino "Halls of Shadowheart", y la peña no se cansaba de empujarse. En palabras del bajista Simo Lehtonen, "you are the craziest audience so far this tour!", y no sé hasta qué punto será la típica frase que se dice en los conciertos... El punto negativo de la actuación fue un problema con el micrófono de Leeni-Maria, que a mitad de concierto, aunque nunca se dejó de oír, sonaba muy bajo, casi había que intuirlo. Y al pobre Antti Koskinen (teclado) no le alumbraron nada, estuvo todo el rato en penumbra en su recuncho del escenario. Por lo demás, el concierto fue buenísimo. Ejecución precisa, muy buenas canciones, directo vistoso y buena respuesta del público. Respecto a la vistosidad, además de los mencionados adornos y atuendos, un elemento importante es el comportamiento de la señorita Hovila, que como si no canta no tiene otra cosa que hacer, pues se pone a bailar de una manera curiosa, tipo danza oriental, interactúa con el público, le pide gritar, callar, dar palmas, pone cara de misterio cuando llega una parte lenta, cosas así. Si te gusta mínimamente su música y tienes oportunidad de verlos, no dejes de hacerlo, sin duda vale mucho la pena. Además, de un tiempo a esta parte mejoraron mucho; en el YouTube se puede ver un concierto del año pasado con su anterior cantante, y en comparación con el concierto que presencié la diferencia es gorda.
Esta gente también tocó unos cuarenta y cinco minutos, y tras otro rato esperando, salieron los chavalotes de Battlelore, estando la sala ya prácticamente llena. Serían las diez y pico. Venían también pintarrajeados y con atuendos de guerreros (el guitarrista-rugidor parecía Darth Maul), aunque las chicas en este caso iban algo más discretas: la del teclado no recuerdo cómo iba, la cantante llevaba un traje de noche negro liso. El señor que rugía no era Tomi Mykkänen, como debería ser, porque se quedó en su casa por motivos familiares, y el que le sustituye en esta gira es Harri "Witch King" Hyytiäinen, de Avathar. No conozco al original, así que no puedo comparar, pero la gente parecía contenta.
Respecto a su actuación... pues mucho no voy a decir, porque Battlelore nunca me hizo mucha gracia. Casi todo lo que hacen está basado en la obra de Tolkien, y su música tiene muchos elementos sinfónicos y épicos, bastante velocidad en general, y dos voces: una limpia femenina y una gutural masculina. Aburrido no fue, eso es verdad. Pero desde luego tampoco hacen música fiestera, como parecía pretender Kaisa cuando decía "this song is about having some servesas". El Harri ese tenía una espada que levantaba de vez en cuando y que blandía sobre las cabezas de la gente. El sonido fue decente salvo por algún problema con el mismo micrófono de la actuación anterior. Y entre que el grupo no me gusta mucho y que, por motivos ajenos al concierto, yo estaba bastante cansado, no estuve muy atento, y no voy a comentar más sobre ellos en esta crónica. Sí puedo decir que sus fans salieron contentos de allí, y que recibieron buenas críticas; hasta a mí me entretuvieron, así que no hay queja posible sobre ellos. No llegaron a una hora de actuación por pocos minutos.
Y por último, salieron a escena los esperados Korpiklaani con su alegre humppa metalizado. La gente estaba deseando ponerse a dar empujones, y encima van los hombres estos y empiezan con "Wooden pints"... podéis imaginaros la que se armó allí. Encima yo, de listo, en el puto medio del meollo. Me vi literalmente caught in a mosh...
Menudo conciertazo se mandaron. Aunque en realidad no importa mucho cómo se comporten ellos; mientras toquen bien, su música lo hace todo. Y digo esto porque algunos de los músicos se pasaron el rato todos seriotes: el bajista Jarkko, el acordeonista Juho (que ya no sonreía) y el violinista Hittavainen, que como mucho hacía los cuernos con la mano del arco. No es que fueran distantes, de hecho tanto Jarkko como Juho estaban inclinados lo más cerca posible del borde del escenario sin caerse, simplemente estaban serios. El guitarra Cane estaba arrinconado en la esquina de los teclistas de los grupos anteriores y no lo vi siquiera hasta los bises. Al batería no se le veía porque al batería nunca se le ve, y por último, Jonne parecía divertirse por él y por todos: sonreía, bailoteaba, hablaba... Los clásicos se fueron sucediendo, canciones nuevas tocaron más bien pocas. Será coincidencia, pero tocaron casi todas las que yo mejor conocía al principio; en la segunda mitad no me divertí tanto, pero la peña de delante (a la segunda canción me fui para atrás, que aquello era un caos) seguía brincando como en la primera. "Cottages and saunas", "Korpiklaani", la coreadísima "Happy little boozer" (esa sí que fue una pasada, gritábamos tanto que casi no oíamos los instrumentos)... La última fue "Beer beer", antes de la cual abrieron unas botellas de cerveza como si estuvieran en un pódium, agitándolas y mojando a los que estaban delante. Y para compensar, les tiraron un par de ellas para que las bebieran. Hablo en plural pero todo esto lo hacía Jonne, claro, que era el simpaticote.
Hubo un detalle que me hizo gracia. En el silencio entre canciones, la peña se puso a berrear: Koooooorpiklaani, plasplas, plasplas, plas. Koooooorpiklaani, plasplas, plasplas, plas. Mientras tanto, uno bebía, otro afinaba una cuerda o estiraba el cuello... y cuando nos callamos, Jonne nos echó una mirada confusa, como diciendo: "¿qué pasó? ¡pero seguid!", y claro, obedecimos como buenos niños. Entonces Matson empezó a acompañarnos con la percusión, y así estuvimos un ratito. Al final del concierto, se subió con cara de miedo a los altavoces que tenía delante y se tiró encima del público; tuvo suerte y salió bien parado...
En conclusión, fue una muy buena noche, en la que el único problema fue un micro que se oía poco. Por lo demás, buen sonido, volumen perfecto (odio que pongan el volumen a tope, se distorsiona todo y duelen los oídos, eso no es ser más jevi, es ser más gilipollas), público más que entregado y grupos dándolo todo o casi todo. Creo que la mayoría de grupos suenan mejor en directo que en estudio (en directo si estás allí, no si lo oyes grabado) y esto no fue una excepción; de los esta noche, creo que sobre todo Korpiklaani alcanza todo su potencial en directo, sin duda es música para una fiesta como la que vivimos el pasado sábado.
-----------
Ya tá. Fin de la crónica. Sí, lo sé, me quedó muy larga, pero ahora no la voy a borrar...
Al salir del concierto pensaba comprar un CD de Falchion, pero había discos y mariconadas de todos los grupos salvo de ese. De todos modos, los precios no eran nada baratos, así que no me dio pena, ya lo compraré en una tienda. Abajo, en el bar, me encontré con Leeni-Maria Hovila, la cantante de Kivimetsän Druidi, que se mostró muy simpática conmigo; hablamos unos minutos y accedió a firmarme la postal que regalaban y a hacerse una foto conmigo (nos volvimos micos buscando un sitio con luz, porque la cámara de mi móvil no tiene flash). La prueba fehacinte... os la enseño otro día. ^^
Iba a poner una reflexión pero la pongo la semana que viene en otra entrada. Luego pongo un enlace aquí, para la posteridad.
Lo que sí pongo son unos vídeos. Ustedes los disfruten.
Battlelore - Journey to undying lands
Korpiklaani - Wooden pints