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ÍNDICE
ÍNDICE
1- Características generales
2- Saludos, ñoñerías diversas & some philosofical stuff to think about
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Durante toda la semana pasada (domingo 17 - sábado 23) estuve en Valencia, asistiendo a un curso intensivo de inglés gracias a una beca del Ministerio de Educación y Ciencia, en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (MEC y UIMP para los amigos). La verdad es que cuando me la ofrecieron, al principio pensé en rechazarla. Desde luego era más amenazadora que prometedora: una semana en una de la varias ciudades que había para elegir con 40 horas de clase en total, lo que significa 8 horas de clase al día. Y el alojamiento sólo cubre desde la noche del domingo al lunes hasta la del viernes al sábado. Vamos, una locura. Al final, mi familia me convenció para que fuera, total algo iba a aprender seguro, y, por intensa que fuera, era sólo una semana. La sede que elegí fue Rector Peset, una de las dos de Valencia. Y no me arrepiento en absoluto. Así que, por si a alguien le interesa, o rechazó una de estas becas, o está indeciso, o lo que sea, voy a dejar mis impresiones acerca de la historia esta. Todas las cuales son buenas.
Fui de los primeros en llegar a la residencia; a lo largo de la tarde del domingo fueron llegando el resto. A excepción de dos primos y dos hermanos, nadie conocía a nadie; tras unas breves presentaciones y un rato de conversación, los que estábamos decidimos ir a dar un paseo por los alrededores. Esa noche ya éramos como amigos de toda la vida. Eso era una de las cosas que me preguntaba: qué tipo de gente me iba a encontrar, si hablaríamos mucho, si haría amistades en tan pocos días... pues bien: todo esto salió maravillosamente, hice un buen puñado de amigos y, como dije, tras seis horas ya éramos todos casi como conocidos de siempre. Suena irónico que sea mucho más fácil empezar a llevarse con veinte desconocidos a la vez que con uno que conoces en tu "hábitat natural" por así decir. Pero así es. (Si lo piensas, tiene su lógica: si no te quieres quedar solo...)
El lunes a las nueve menos cuarto de la mañana empezamos las clases. Teníamos tres asignaturas: una de 9:45 a 11:15, un descanso de quince minutos, otra clase de 11:30 a 14:00, una hora y cuarto para comer y otra clase de 15:15 a 18:45. Siete horas y media de clase, más descansos. Desde la siete hasta las nueve, que es cuando solíamos cenar (aunque poder podíamos de ocho a diez), dábamos un paseo, o hacíamos los deberes, o cosas así; y por la noche, juerga hasta las tantas. O las semitantas.
Las asignaturas eran: Presentations, Vocabulary y Grammar. Todos teníamos que hacer una exposición delante de toda la clase, de tema libre, y había que prepararla durante los días anteriores; algunos expusimos el jueves, otros el viernes. Para debatir los temas, presentar los borradores, etcétera, estaba la clase de Presentaciones. Además, en esa clase también hicimos un debate sobre un tema ficticio en el que cada uno tenía un rol; en mi clase, el tema iba sobre una empresa que tenía un estanque junto a su edificio principal, y que quería hacer ampliaciones cargándose así el lago; había gente a favor y gente en contra. Además, en otras clases hicieron también una entrevista de trabajo.
En Vocabulario hacíamos básicamente juegos. El profesor nos mandaba inventar historietas, representar escenas, jugar al Scattergories o TuttiFrutti o como llames en tu pueblo al juego de decir una letra y tener que escribir un actor, una comida [...] y una ciudad que empiecen por ese nombre; responder preguntas tipo Trivial, resolver situaciones dadas, un día incluso hicimos una gimkana...... Esta es la clase que más me gustaba, era una risa, y a lo tonto a lo tonto se aprende bastante.
Por último, la clase de Gramática iba precisamente de lo que su nombre indica (¡qué curioso! ¿eh?). Hacíamos ejercicios y demás, pero siempre oralmente. De todos modos, como mi clase era uno de los niveles altos, el profesor consideraba que poco tenía que enseñarnos, así que se dedicaba a contarnos anécdotas o explicarnos otras cosas, como cómo hacer un currículum a la inglesa y movidas así.
Creo que me tocaron buenos profesores; de todos modos, los alumnos de los otros niveles también estaban contentos con los suyos, y en general había un ambiente de diversión en todas las clases. Desde luego, siete horas y media siguen siendo muchas, pero hay que reconocer que se hacían bastante llevaderas.
Los niveles que hay son tres, divididos a su vez en otros tres subniveles: 1A, 1B, 1C, 2A, 2B, 2C, 3A, 3B y 3C, en orden creciente. En total éramos sobre cuarenta alumnos, así que tocamos a cuatro o cinco por clase. Para meter a la peña en grupos, el primer día hacen un examen escrito (tipo test) y otro oral, con preguntas de dificultad creciente; el último día te hacen exactamente el mismo examen escrito para ver cuánto aprendiste. Corría el rumor de que si no aprobabas el primer examen te mandaban de vuelta a casa, pero eso es totalmente falso. Si lo haces mal, te meten en un nivel más bajo y punto. Por otra parte, había gente que tenía miedo de suspender el examen final y que no le dieran el diploma; pues bien, eso tampoco sucede. Sólo hay dos maneras posibles de quedarse sin diploma: 1) no ir a clase por causas no justificadas (hay que asistir al 100% de las clases) o 2) si te portas mal, rompes cosas e insultas a los profesores. Es decir, que salvo que seas un puto pimpín, aprobarás fijo.
Algunas tardes hubo actividades programadas por el colegio: un día hubo un paseo guiado por la zona vieja de la ciudad, otro hubo una película y otro hubo un ir a tomar algo. Creo que el primer día fueron casi todos, y los otros dos nadie, porque no eran interesantes y porque teníamos planes mejores, gracias a dos compañeros que se encargaban de organizar montones de cosas. De todos modos supongo que las actividades serán distintas en cada colegio.
En el comedor, durante las horas de desayuno, comida y cena, había siempre tres "habladores de inglés" cuya función era dar conversación en inglés a todo aquél al que le apeteciera, y así, según el papelito informativo, contribuir a la inmersión lingüística fuera del horario de clase.
Yyyyyyyyyyyyyyyyyyy creo que no se me queda nada en el tintero. En resumidas cuentas, es una experiencia que vale la pena. Personalmente no creo que aguantara es ritmo mucho tiempo, pero cinco días se llevan bien, además se aprende mucho, se puede ver la ciudad (aunque no sea mucho, aparte Valencia es grande) y conoces a un montón de gente. Cuando yo vaya a Valladolid, o a Mallorca, o a Sevilla, o a Alcalá la Real, o a Cartagena, o a un montón de sitios más, pues ya tendré a alguien a quien visitar. Mola. No sé si esa semana sería la mejor, pero sin duda fue la más intensa de mi vida. Espero que mi parrafada le haya servido a alguien de algo; y si te ofrecen la beca y estás indeciso barra a, no lo dudes un momento y acepta.
Fui de los primeros en llegar a la residencia; a lo largo de la tarde del domingo fueron llegando el resto. A excepción de dos primos y dos hermanos, nadie conocía a nadie; tras unas breves presentaciones y un rato de conversación, los que estábamos decidimos ir a dar un paseo por los alrededores. Esa noche ya éramos como amigos de toda la vida. Eso era una de las cosas que me preguntaba: qué tipo de gente me iba a encontrar, si hablaríamos mucho, si haría amistades en tan pocos días... pues bien: todo esto salió maravillosamente, hice un buen puñado de amigos y, como dije, tras seis horas ya éramos todos casi como conocidos de siempre. Suena irónico que sea mucho más fácil empezar a llevarse con veinte desconocidos a la vez que con uno que conoces en tu "hábitat natural" por así decir. Pero así es. (Si lo piensas, tiene su lógica: si no te quieres quedar solo...)
El lunes a las nueve menos cuarto de la mañana empezamos las clases. Teníamos tres asignaturas: una de 9:45 a 11:15, un descanso de quince minutos, otra clase de 11:30 a 14:00, una hora y cuarto para comer y otra clase de 15:15 a 18:45. Siete horas y media de clase, más descansos. Desde la siete hasta las nueve, que es cuando solíamos cenar (aunque poder podíamos de ocho a diez), dábamos un paseo, o hacíamos los deberes, o cosas así; y por la noche, juerga hasta las tantas. O las semitantas.
Las asignaturas eran: Presentations, Vocabulary y Grammar. Todos teníamos que hacer una exposición delante de toda la clase, de tema libre, y había que prepararla durante los días anteriores; algunos expusimos el jueves, otros el viernes. Para debatir los temas, presentar los borradores, etcétera, estaba la clase de Presentaciones. Además, en esa clase también hicimos un debate sobre un tema ficticio en el que cada uno tenía un rol; en mi clase, el tema iba sobre una empresa que tenía un estanque junto a su edificio principal, y que quería hacer ampliaciones cargándose así el lago; había gente a favor y gente en contra. Además, en otras clases hicieron también una entrevista de trabajo.
En Vocabulario hacíamos básicamente juegos. El profesor nos mandaba inventar historietas, representar escenas, jugar al Scattergories o TuttiFrutti o como llames en tu pueblo al juego de decir una letra y tener que escribir un actor, una comida [...] y una ciudad que empiecen por ese nombre; responder preguntas tipo Trivial, resolver situaciones dadas, un día incluso hicimos una gimkana...... Esta es la clase que más me gustaba, era una risa, y a lo tonto a lo tonto se aprende bastante.
Por último, la clase de Gramática iba precisamente de lo que su nombre indica (¡qué curioso! ¿eh?). Hacíamos ejercicios y demás, pero siempre oralmente. De todos modos, como mi clase era uno de los niveles altos, el profesor consideraba que poco tenía que enseñarnos, así que se dedicaba a contarnos anécdotas o explicarnos otras cosas, como cómo hacer un currículum a la inglesa y movidas así.
Creo que me tocaron buenos profesores; de todos modos, los alumnos de los otros niveles también estaban contentos con los suyos, y en general había un ambiente de diversión en todas las clases. Desde luego, siete horas y media siguen siendo muchas, pero hay que reconocer que se hacían bastante llevaderas.
Los niveles que hay son tres, divididos a su vez en otros tres subniveles: 1A, 1B, 1C, 2A, 2B, 2C, 3A, 3B y 3C, en orden creciente. En total éramos sobre cuarenta alumnos, así que tocamos a cuatro o cinco por clase. Para meter a la peña en grupos, el primer día hacen un examen escrito (tipo test) y otro oral, con preguntas de dificultad creciente; el último día te hacen exactamente el mismo examen escrito para ver cuánto aprendiste. Corría el rumor de que si no aprobabas el primer examen te mandaban de vuelta a casa, pero eso es totalmente falso. Si lo haces mal, te meten en un nivel más bajo y punto. Por otra parte, había gente que tenía miedo de suspender el examen final y que no le dieran el diploma; pues bien, eso tampoco sucede. Sólo hay dos maneras posibles de quedarse sin diploma: 1) no ir a clase por causas no justificadas (hay que asistir al 100% de las clases) o 2) si te portas mal, rompes cosas e insultas a los profesores. Es decir, que salvo que seas un puto pimpín, aprobarás fijo.
Algunas tardes hubo actividades programadas por el colegio: un día hubo un paseo guiado por la zona vieja de la ciudad, otro hubo una película y otro hubo un ir a tomar algo. Creo que el primer día fueron casi todos, y los otros dos nadie, porque no eran interesantes y porque teníamos planes mejores, gracias a dos compañeros que se encargaban de organizar montones de cosas. De todos modos supongo que las actividades serán distintas en cada colegio.
En el comedor, durante las horas de desayuno, comida y cena, había siempre tres "habladores de inglés" cuya función era dar conversación en inglés a todo aquél al que le apeteciera, y así, según el papelito informativo, contribuir a la inmersión lingüística fuera del horario de clase.
Yyyyyyyyyyyyyyyyyyy creo que no se me queda nada en el tintero. En resumidas cuentas, es una experiencia que vale la pena. Personalmente no creo que aguantara es ritmo mucho tiempo, pero cinco días se llevan bien, además se aprende mucho, se puede ver la ciudad (aunque no sea mucho, aparte Valencia es grande) y conoces a un montón de gente. Cuando yo vaya a Valladolid, o a Mallorca, o a Sevilla, o a Alcalá la Real, o a Cartagena, o a un montón de sitios más, pues ya tendré a alguien a quien visitar. Mola. No sé si esa semana sería la mejor, pero sin duda fue la más intensa de mi vida. Espero que mi parrafada le haya servido a alguien de algo; y si te ofrecen la beca y estás indeciso barra a, no lo dudes un momento y acepta.
PHILOSOFICAL STUFF TO THINK ABOUT
Bueno. Ahora viene la parte ñoña y aburrida, si no estuviste allí no creo que te interese leerla.
Pero no podía terminar esta entrada sin mencionar a mis compañeros de fatigas en esa semana; si bien todos fueron importantes para hacer que fuera inolvidable, sin duda hubo dos personas sin las cuales todo habría sido más parado: Oliver y Ramón se encargaron de organizar montones de cosas, de ponernos a todos de acuerdo, de llevar la contabilidad cuando comprábamos cosas entre todos, de mirar horarios y líneas de transporte, de encargar comida en la cocina del colegio... por todo ello, desde aquí les mando un abrazo muy fuerte, os debemos gran parte de la diversión. También quiero mandar abrazos a mi compi de habitación Joan, el botánico surgido repentinamente de debajo de mi cama; a mis compis de clase: Jose, as de la fotografía de carrete y los ordenadores portátiles (jijiji); Noemí la viajera; Virginia, que de no ser por ella en alguna ocasión me habría quedado en la residencia a no hacer nada y no habría visto el parque de Gulliver, entre otras cosas; a Chío, que no sólo aguantó mis infinitas filosofadas etílico-nocturnas enteritas sino que incluso mostraba interés; a los gallegos (se nos reconoce a leguas, meus): Edgar y su acento de Ouraaaanse; MaJo y sus ojos; Noelia, la benjamina del grupo si no me equivoco; Adrián, el muradán seseante y jejeador; Juan, el primer gallego que encontré, incluso varias horas antes de verlo por primera vez (lo dicho: somos inconfundibles); Maricarmen y sus juegos de poner la mano en la cara; a Domingo, alias Sunday, alias Naranjito, alias Zumodenaranja, el pobre tiene más motes que pelos naranjas en la cabeza; a Manolo y su parecido con Jack Black; a Sarai y su risa consistente en chillidos cuasiultrasónicos; a Jesús, experto universal en acaparar miles de becas (cuando escribo esto, el cabrón sigue allí, jajaja!); a David, que me explicó con pelos, señales y demostraciones por qué los madrileños son tan chulos (la explicación completa y detallada fue la que transcribo a continuación: "PORQUE PODEMOS"); a mis colegas rockeros Antonio, Edu y el ya mencionado Juan; a Saioa, que tiene un nombre muy bonito aunque me metiera con ella, juasjuasjuas; a los "acoplados" Marta y Ángel... Y, last but not least, a todo el resto de personas que, por desgracia, no pude llegar a conocer tanto como me gustaría.
Algunos momentos y frases estelares:
- "Because I'm worth it."
- Uno de nosotros coge una cámara de carrete e intenta sacar una foto colocándola a la altura de su pecho y a 40 cm de su cuerpo. No es capaz.
- "Ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask her what time it is."
- Hacemos botellón hacinados en unas escaleras de cemento porque llueve. Soy el único que se alegra de no ir a la playa.
- "Iyoooooo ehcuxámme."
- Recorremos media Valencia a las tantas de la noche buscando un autobús. Decidimos recorrer la media que falta a pie, en plan Forrest Gump ("ya que hemos llegado hasta aquí...").
- "¡Atención inmersión!"
- Debatimos la longitud de la silueta de un barco, así a ojo. Estamos entre quince y veinte metros. La medimos: veinte pasos. Luego llega otro, le preguntamos cuánto cree que mide y contesta: "Pues yo creo que debe andar por... unos ochenta metros."
- "Qué alegría qué alboroto, otro perrito piloto."
- Se nombra la mascota oficial del curso: un pingüino de nombre Inmersión (ver foto de arriba... no es él pero se le parece).
- Y la más memorable de todas: Noche del domingo 17 de agosto, seis o siete horas después de vernos por primera vez: "Parece que fue ayer cuando nos conocimos... ¡Pero no! ¡Fue hoy!"
Pero no podía terminar esta entrada sin mencionar a mis compañeros de fatigas en esa semana; si bien todos fueron importantes para hacer que fuera inolvidable, sin duda hubo dos personas sin las cuales todo habría sido más parado: Oliver y Ramón se encargaron de organizar montones de cosas, de ponernos a todos de acuerdo, de llevar la contabilidad cuando comprábamos cosas entre todos, de mirar horarios y líneas de transporte, de encargar comida en la cocina del colegio... por todo ello, desde aquí les mando un abrazo muy fuerte, os debemos gran parte de la diversión. También quiero mandar abrazos a mi compi de habitación Joan, el botánico surgido repentinamente de debajo de mi cama; a mis compis de clase: Jose, as de la fotografía de carrete y los ordenadores portátiles (jijiji); Noemí la viajera; Virginia, que de no ser por ella en alguna ocasión me habría quedado en la residencia a no hacer nada y no habría visto el parque de Gulliver, entre otras cosas; a Chío, que no sólo aguantó mis infinitas filosofadas etílico-nocturnas enteritas sino que incluso mostraba interés; a los gallegos (se nos reconoce a leguas, meus): Edgar y su acento de Ouraaaanse; MaJo y sus ojos; Noelia, la benjamina del grupo si no me equivoco; Adrián, el muradán seseante y jejeador; Juan, el primer gallego que encontré, incluso varias horas antes de verlo por primera vez (lo dicho: somos inconfundibles); Maricarmen y sus juegos de poner la mano en la cara; a Domingo, alias Sunday, alias Naranjito, alias Zumodenaranja, el pobre tiene más motes que pelos naranjas en la cabeza; a Manolo y su parecido con Jack Black; a Sarai y su risa consistente en chillidos cuasiultrasónicos; a Jesús, experto universal en acaparar miles de becas (cuando escribo esto, el cabrón sigue allí, jajaja!); a David, que me explicó con pelos, señales y demostraciones por qué los madrileños son tan chulos (la explicación completa y detallada fue la que transcribo a continuación: "PORQUE PODEMOS"); a mis colegas rockeros Antonio, Edu y el ya mencionado Juan; a Saioa, que tiene un nombre muy bonito aunque me metiera con ella, juasjuasjuas; a los "acoplados" Marta y Ángel... Y, last but not least, a todo el resto de personas que, por desgracia, no pude llegar a conocer tanto como me gustaría.
Algunos momentos y frases estelares:
- "Because I'm worth it."
- Uno de nosotros coge una cámara de carrete e intenta sacar una foto colocándola a la altura de su pecho y a 40 cm de su cuerpo. No es capaz.
- "Ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask him to ask her to ask her what time it is."
- Hacemos botellón hacinados en unas escaleras de cemento porque llueve. Soy el único que se alegra de no ir a la playa.
- "Iyoooooo ehcuxámme."
- Recorremos media Valencia a las tantas de la noche buscando un autobús. Decidimos recorrer la media que falta a pie, en plan Forrest Gump ("ya que hemos llegado hasta aquí...").
- "¡Atención inmersión!"
- Debatimos la longitud de la silueta de un barco, así a ojo. Estamos entre quince y veinte metros. La medimos: veinte pasos. Luego llega otro, le preguntamos cuánto cree que mide y contesta: "Pues yo creo que debe andar por... unos ochenta metros."
- "Qué alegría qué alboroto, otro perrito piloto."
- Se nombra la mascota oficial del curso: un pingüino de nombre Inmersión (ver foto de arriba... no es él pero se le parece).
- Y la más memorable de todas: Noche del domingo 17 de agosto, seis o siete horas después de vernos por primera vez: "Parece que fue ayer cuando nos conocimos... ¡Pero no! ¡Fue hoy!"