Japón. No hacen falta más explicaciones.
Con todas las tonterías, casi se me olvidan las canciones de este mes. Por cierto, estoy pensando en hacer un cambio. Hasta ahora, lo que siempre hice fue poner las canciones en la esquina y, al terminar el mes, comentarlas y poner otras nuevas. Ahora estoy pensando en comentar las canciones a la vez que las pongo en la esquina, y al mes siguiente cambiar todo. Casi me parece más lógico, ¿no? Creo que ya no voy a tocar las que hay, total quedan quince días para que acabe el mes, y puestos a hacer el cambio, esta es la ocasión ideal. En septiembre pongo las nuevas y les dedico una entrada.
Let's go then. Ya dije que eran dos temas atípicos, y la razón es obvia: es música clásica. No voy a ir de culto porque de música clásica no sé casi nada, pero de vez en cuando me da la venada y durante una o dos semanas leo y escucho todo lo que puedo de un compositor. Por lo general tengo preferencia por los románticos, especialmente los rusos, y a ese movimiento y nacionalidad pertenecen precisamente los dos de hoy.
El primero es Chaikovski, al que conocí de pequeñito gracias a la Fantasia de Disney, en la que sale el Cascanueces, y a una película japonesa de dibujos que tenía en VHS titulada igual que el ballet en el que se basaba y que le servía de banda sonora: El lago de los cisnes. Magnífico, por cierto. Pero como sus tres ballets (estos dos y La bella durmiente, la de eeereees túúúú mi príncipe azuuuul que yoooo soñééé) ya son conocidos por todo el mundo, preferí poner esta Marcha eslava, que también está muy bien y es muy solemne. Suena rusa a más no poder y se la dedicó a todo los pueblos eslavos, tanto los de arriba como los de abajo (serbios y demás).
El otro es Musorgski. El de este hombre es un caso curioso, porque apenas estudió música, las estructuras y formalismos no le gustaban ni interesaban, y componía apasionadamente. Digamos que era un Quorthon del romanticismo ruso. Compartió una gran amistad con Nikolai Rimski-Korsakov (el del vuelo del abejorro), el cual sí que sabía mucho de orquestación y esas cosas, y, a la prematura muerte de Musorgski, fue él quien se encargó de pulir y orquestar como es debido las composiciones de su amigo. Durante muchos años, las partituras que se distribuyeron fueron las de Rimski, hasta que se volvieron a encontrar las originales, en los años sesenta o así, no me acuerdo. Entonces se descubrió, o redescubrió, que las adaptaciones de Rimski eran demasiado elaboradas y "amariconadas", por así decirlo, y que les arrebataban la esencia a las originales, mucho más crudas y pasionales. El tema que elegí para poner aquí es "Una noche en el monte Pelado", que también sale en Fantasia, y desconozco si esta versión es la original o la adaptación, aunque imagino que será la de Rimski.
Ustedes las disfruten.
Let's go then. Ya dije que eran dos temas atípicos, y la razón es obvia: es música clásica. No voy a ir de culto porque de música clásica no sé casi nada, pero de vez en cuando me da la venada y durante una o dos semanas leo y escucho todo lo que puedo de un compositor. Por lo general tengo preferencia por los románticos, especialmente los rusos, y a ese movimiento y nacionalidad pertenecen precisamente los dos de hoy.
El primero es Chaikovski, al que conocí de pequeñito gracias a la Fantasia de Disney, en la que sale el Cascanueces, y a una película japonesa de dibujos que tenía en VHS titulada igual que el ballet en el que se basaba y que le servía de banda sonora: El lago de los cisnes. Magnífico, por cierto. Pero como sus tres ballets (estos dos y La bella durmiente, la de eeereees túúúú mi príncipe azuuuul que yoooo soñééé) ya son conocidos por todo el mundo, preferí poner esta Marcha eslava, que también está muy bien y es muy solemne. Suena rusa a más no poder y se la dedicó a todo los pueblos eslavos, tanto los de arriba como los de abajo (serbios y demás).
El otro es Musorgski. El de este hombre es un caso curioso, porque apenas estudió música, las estructuras y formalismos no le gustaban ni interesaban, y componía apasionadamente. Digamos que era un Quorthon del romanticismo ruso. Compartió una gran amistad con Nikolai Rimski-Korsakov (el del vuelo del abejorro), el cual sí que sabía mucho de orquestación y esas cosas, y, a la prematura muerte de Musorgski, fue él quien se encargó de pulir y orquestar como es debido las composiciones de su amigo. Durante muchos años, las partituras que se distribuyeron fueron las de Rimski, hasta que se volvieron a encontrar las originales, en los años sesenta o así, no me acuerdo. Entonces se descubrió, o redescubrió, que las adaptaciones de Rimski eran demasiado elaboradas y "amariconadas", por así decirlo, y que les arrebataban la esencia a las originales, mucho más crudas y pasionales. El tema que elegí para poner aquí es "Una noche en el monte Pelado", que también sale en Fantasia, y desconozco si esta versión es la original o la adaptación, aunque imagino que será la de Rimski.
Ustedes las disfruten.
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