El increíble Hulk: una década sin Peter David

Hace más de un año que no hablo de tebeos; no es que tenga pensado subir la tasa de entradas relacionadas con el tema, pero hoy me apetece...

...Y concretamente quiero expresar mi alegría por el rumbo que está tomando mi colección favorita. La única que sigo, de hecho, y tengo casi todo lo publicado desde 1962 hasta el día de hoy, salvo dos años y medio a mediados de los 80. Empecemos por el principio. En agosto de 1998 terminó la etapa de Peter David en Incredible Hulk, tras casi doce años escribiendo los guiones, y desde entonces parece que el personaje anduvo dando tumbos. Desde luego, esta década no fue su mejor etapa. Vamos a ver: primero vino John Byrne, que según dicen por ahí estaba en horas bajas y debe de ser verdad, ya que necesitó cinco números para describir cómo Hulk llega a una ciudad y la rompe. O sea, cinco números que no dicen nada. Los siguientes tampoco es que sean ninguna maravilla, y finalmente fue sustituido por Paul Jenkins. A este hombre le dio por hacer unas historias introspectivas acerca de la personalidad de Bruce Banner, y se metió en su cerebro, lo mandó a la consulta de Doc Samson, etcétera. La verdad es que esta etapa me gusta, sobre todo la parte del general Ryker, que duró unos siete números; hacia el final empezó a columpiarse un poco y a hacer guiones un poco raros e inconexos, pero en general estuvo bien. Después vino Bruce Jones con sus movidas policíacas. Sobre esta etapa, creo que podría haber sido mucho mejor de lo que fue si no fuera por las presiones que sin duda recibió por parte de la Marvel. No es de extrañar, puesto que era una historia atípica, con asesinos a sueldo y una misteriosa organización que se quiere hacer con la sangre de Hulk y un aire muy de serie de televisión, con pocas apariciones superheroicas (el propio Hulk tardó varios números en salir de Bruce Banner, y claramente predominaban el protagonismo del hombre frente al de la bestia); pero con sus exigencias, creo que sólo consiguieron impedirle seguir el camino que llevaba y conducirlo hacia el final de mierda que tuvo. Lo dicho, una pena. Ojalá lo hubiera escrito como serie limitada, aunque fuera en varias partes, y probablemente habría podido hacer lo que quisiera (aunque igual me equivoco, no sé tanto sobre la libertad que dan los mandamases en esos casos).

Luego vino de nuevo el caos. Cinco números con guión de Peter David que únicamente se pueden entender si vas fumado perdido y te pones rock ácido setentero de fondo. Rayadas metafísicas. Tras eso, un cruce con Dinastía de M que no viene a cuento en absoluto con las historias anteriores... ¡uy perdón! que llevaba cinco meses sin tener historia. Y después, ¡al fin!, llegó Greg Pak y todo se arregló.

¿Qué pasó exactamente? pues que iba a empezar una guerra civil. Y nuestro verdoso amiguito desequilibraría horriblemente la balanza si estuviera en cualquiera de los dos bandos. Así que ¿qué hacemos? pues lo mandamos al espacio y a chuparla. Hala. Y salió una saga cojonuda, en serio. Hacía años (editorialmente hablando) que no me gustaba tanto una historia de Hulk. No me fiaba mucho de Greg Pak, porque el 1602: El nuevo mundo me había dejado bastante frío, pero Planeta Hulk, a pesar de su tonto nombre, le salió redondo. En nosecuántos números no hubo ninguna aparición de otros personajes, quitando un par de numerillos en los que sale Estela Plateada, y esta vez no pasó nada, porque claro, estaban todos abajo, en la Tierra, pegándose de leches. Si yo fuera Bruce Jones no estaría muy contento. Pero bueno, lo que importa es que la saga se sale, y ya iba siendo hora de algo así en la colección. Luego, pues bueno, volvió a la Tierra a machacar a los que lo habían mandado al espacio, provocando lo que se llamó World War Hulk (¡sí! ¡podía haber un nombre más patético!) y que yo llamaría New York War Hulk, puesto que no salen de allí... oh well, Nueva York, mundo entero, qué diferencia hay.

Y tras la guerra, ahora nos acaba de aparecer un Hulk rojo y muy malo. Pero malo de malo, de hacer daño a sangre fría y disfrutando. Ya se sabe que no es Bruce Banner, porque ese se convirtió en verde y se fue a pegarle al rojo... pero hay un detalle que me puso más contento que unas castañuelas: ¡ese Hulk verde no es otro que el good ol' Hulk salvaje! "¡Débiles humanos, dejad en paz a Hulk! ¡Hombre bicho molesta a Hulk! ¡Pero cuanto más se enfada Hulk, más fuerte se hace! ¡Y cuando Hulk es más fuerte, HULK APLASTA!" Ains. Se me saltan las lágrimas.

¿Y qué depara el futuro? pues a saber. Pero parece que podemos ser optimistas...

Y mañana más heavymetaaaaaarrrghhhhhllllll.