Cuatro bandas de metal negro iba a ver esta noche: tres húngaras y los grandes polacos Mgła. La velada prometía ser un festín de blast beats, y además estaba sold out, o sea que la sala iba a estar llenita. Más tarde me enteré de que de las varias salas que contiene el gran local Dürer Kert, la que alquiló el promotor fue la más pequeña, por eso se acabaron las entradas tan pronto; aun así, habría allí unas doscientas personas, con lo que parece que estos chavalotes venden bien en Hungría.
Pero vamos a lo que vamos. Cuando llegué a Dürer Kert acababa de empezar Svoid. De los teloneros, este fue el que más me gustó, porque me pareció el más original: sin salirse del black metal jugaban bastante bien con los coros, tenían cierta variación en el carácter de la música (no todo era agresividad a lo loco, aunque la oscuridad siempre estaba ahí), algunas voces limpias e incluso algún elemento medio vanguardista de vez en cuando. Tenían incienso en la parte delantera del escenario y uno o dos de ellos iban con capucha.
Dunkelheit, el segundo grupo, fue el que menos me gustó. Se me hizo muy monótono y poco original, y los músicos, un tanto sosainas encima del escenario. Mejor fue Lepra, que sin ser tampoco lo más heterodoxo, tienen riffs más chulos y son algo más dinámicos en el escenario. Y el telón más molón de todos. Para la última canción salió un tío de uno de los grupos anteriores a hacer un bello dueto. Los miembros de ambos grupos llevaban la cabeza tapada con una capucha, y algunos también un pasamontañas. Me encantó el batería de Lepra, por cierto.
Llevábamos retraso acumulado, y tres cuartos de hora más tarde de lo previsto salieron por fin a escena los polacos Mgła, que por cierto, significa niebla y se pronuncia «meguá», nada de «emegeleá» ni otras cosas que he oído por ahí. Llevaban capucha y la cara tapada con una tela negra. Dieron un concierto de una hora (los grupos anteriores habían tenido 45 minutos cada uno) durante la cual tocaron una canción detrás de otra, sin decir una sola palabra de saludo, ni de presentación de ningún tema, ni de despedida al final. Llegaron, tocaron y se fueron. Pero cómo tocaron, colega. Es curioso que, sin interactuar absolutamente nada ni apenas moverse, transmiten una fuerza impresionante. Y tienen unos riffs que son la leche, o sea que se pueden permitir la quietud. Supongo que también es parte de su concepto, o su estética, o como lo quieras llamar. Tocaron canciones de varias épocas, desde las más antiguas de sus primeros EP hasta varias de su último trabajo, el tremendo Exercises in Futility. Con la parte VI (la última) de ese disco terminaron, con el final seco de la canción, e inmediatamente se pusieron a recoger. Actitud de malotillo pasota que no me acaba de convencer, pero qué concierto, amigos, qué concierto...
REPERTORIO DE MGŁA:
Mdłości I
Further Down the Nest I
Exercises in Futility I
Mdłości II
With Hearts Towards None I
Exercises in Futility II
Groza III
With Hearts Towards None VII
Exercises in Futility VI
Mdłości I
Further Down the Nest I
Exercises in Futility I
Mdłości II
With Hearts Towards None I
Exercises in Futility II
Groza III
With Hearts Towards None VII
Exercises in Futility VI
Las capuchas y pasamontañas son el nuevo corpsepaint.
Habrá que ir comprando la entrada para Mandrilandia
ResponderEliminaremeséis