¿Has leído la primera parte? Antes de seguir con los grupos, comentemos un poco la parte extramusical. Este año hubo muchísima más gente que el pasado. No me atrevería a decir el doble… pero yo creo que tranquilamente el doble. Otra vez dos puestos de comida, aunque este año era un poco más cara y bastante peor: un bocata por dos euros, pero el bocata apenas tenía relleno, y casi que sólo sabía a pan.
De todos modos no nos pusieron pegas por meter comida de fuera, así que compramos pan y fiambre en una tienda del pueblo y nos hicimos nuestros propios sándwiches. Además de dos puestos de comida y dos o tres de bebida, había un solo puesto de camisetas y CDs con bastante material underground. Los baños se hallan en una caseta permanente, y unas cuantas terracitas de madera con mesas y bancos completaban el mobiliario festivalero. Mucha gente estaba sentada en la hierba o tumbada en toallas, en una zona en pendiente desde la que se ve bastante bien el escenario.
Volvamos a los conciertos. El segundo día llegamos más pronto, a las cinco y media o cosa así. De nuevo hubo un cambio en el orden de actuación, pues el grupo que estaba tocando mientras nos aproximábamos al escenario era Manheim, no Nahemoth, como estaba programado. Apenas vimos nada de su concierto. Los siguieron los italianos Darkend.
Cuando mis prejuicios y yo vimos que el cantante de Darkend traía unas rastas que me recordaron a Dani Filth, inmediatamente me invadió el escepticismo. Pero no fueron más que eso, prejuicios, y tras oír un poco enseguida cambié de opinión, porque sus canciones me parecieron muy buenas, con melodías trabajadas y variación. Vale, sí que tienen influencias de Cradle of Filth, pero el único concierto de estos británicos que vi en mi vida me horrorizó, mientras que los italianos molaron. También tienen cierta similitud con Dimmu Borgir. En el apartado visual fueron, con diferencia, la banda más espectacular de todas. Una pena que fuera de día, porque tenían candelabros con formas simbólicas, una mesita con un farol y dos calaveras, cosas así; y de noche podría quedar todo más tétrico y chachi. El cantante, que como frontman hace muy buen papel, se fue del escenario y volvió envuelto en una mortaja ensangrentada en una canción, en otra vino sujetando una calavera… Un concierto curioso de ver. El único miembro del público que no parecía muy interesado en lo que sucedía sobre el escenario era un chavalín de uno o dos años que pululaba por allí con una camiseta de Absurd.
Mil años de cambio de grupo otra vez, cosa a la que ya nos estábamos acostumbrando, y les tocaba el turno a los números uno del metal extremo de Ucrania: Nokturnal Mortum, el grupo que más me interesaba de todo el cartel. Durante la prueba de sonido la gente ya estaba tan motivada como si fueran por la mitad del concierto, coreando cachos de canciones y levantando los cuernos. Cuando por fin empezó de verdad, los integrantes del grupo salieron con su típica camisa eslava, salvo Knjaz Varggoth, el cantante, compositor, fundador, etcétera del grupo, que llevaba una especie de hábito negro; y todos ellos con la cara pintada de blanco y rayas azules o rojas.
Sólo eran cuatro tíos: dos guitarras, bajo y batería. Es un pecado que un grupo como este no lleve teclista, en mi opinión, aunque quizá tuvieran una buena razón; en cualquier caso, me llevé una pequeña decepción con este concierto. Eso de poner material grabado en playback es una cosa que hacen muchísimos grupos y que no me gusta nada de nada: significa que no dedican ni un minuto a arreglar las canciones de manera que puedan ser tocadas en directo. De esto ya iba avisado gracias a haber visto varios vídeos y haber escuchado ese directo hiperproducido (pero con DVD molón) llamado Kolovorot. Lo que no esperaba es que no hubiera por lo menos un teclista para disimular un poco. Aun salvando este detalle, por desgracia, el sonido fue bastante malo, con unos graves saturadísimos.
A ver, el concierto fue disfrutable: me busqué un lugar desde el que se oía un poco mejor, y las canciones las conocía casi todas, así que pasé un rato entretenido, pero esperaba mucho más. Quizá tenía el listón demasiado alto. Tocaron una canción nueva, que no me dijo gran cosa, pero ya avisaron que no es la versión final, que aún hay que pulirla; me fío de ellos porque en su infame directo de Katowice también tocan una versión bastante sosa de «Valkiria», canción que acabó siendo una joya. El resto de los temas estuvieron bien elegidos: «Слава героям», «Чёрный ворон» —con esta abrieron—, «Біла вежа» —que no me esperaba y me alegró bastante—, la coreadísima «Україна» (Ucrania en ucraniano) y alguna más que no recuerdo. No habría estado de sobra incluir algo más antiguo, pero tampoco me quejo; es que tampoco tocaron demasiado tiempo, una hora escasa, o ni eso, ya no me acuerdo. Se pasó rápido y no fue lo que esperaba. Una pena.
A continuación vino Shining. Me disculparéis, pero no los vi. Sólo me acerqué a hacer unas fotos al principio. Probablemente me habrían gustado, pero empecé a encontrarme un poco mal. Horas después estaría vomitando y sintiéndome hecho mierda (sin haber bebido una gota de alcohol), pero en ese momento no sabía que tenía el estómago en proceso de revolución y achaqué mi malestar al cansancio, así que me fui a dormir una siesta. Fue algo que comí que me sentó mal, pero tranquilos: ese día no comí nada de los puestos del recinto, era todo de fuera. De Shining puedo decir que a la gente a la que le pregunté le gustó bastante su concierto y que en el puesto de camisetas vendían una de modelo femenino en cuya espalda ponía: «I have a boyfriend at home but I think of Niklas Kvarforth when he fucks me».
Me desperté a tiempo para 1349. Menudo caos de grupo, colega. Yo había escuchado los dos últimos discos (que me gustaron lo justito) y no me esperaba tanta caña ni tanta velocidad; tantísimas, que fui incapaz de encontrar nada de música, para mí fue todo una bola de ruido. La puesta en escena fue genial, muy blackmetalera y muy necro, todos moviéndose bastante y agitando la cabeza, uno envuelto en un hábito con capucha, otro con la cara blanca y pinchos, etcétera; pero lo observé con más interés por la estética que otra cosa. Mis colegas me habían dicho que habían visto al grupo dos veces, una con Frost a la batería y otra con otro pavo, y que con Frost había sido infinitamente mejor. Ese día estaba Frost. Mi impresión sigue siendo la misma. No me imagino cómo sería con el otro.
Quedaban dos grupos, Immortal y Nahemoth. Los segundos no sé ni quiénes son y, de nuevo, cuando acabaron los primeros ya era bastante tarde; además ya pusieron en marcha el telesilla mientras probaba Nahemoth, así que el último grupo que vi en esta magnífica visita a Ucrania fue Immortal. Good evening, ladies and motherfuckerrrrrsssssah! [Gritos.] Let me hear all the ladieeeeesssss! [Gritos femeninos.] And now let me hear all the motherfuckeeeerrrrsss! [Gritos masculinos.].
Este grupo tiene todo eso de la pose ridícula, los videoclips hipercutres y sobreactuados de «Call of the Wintermoon» y de «Blashyrkh», etcétera; montones de cosas que a uno le pueden hacer pensar: ¿pero estos payasos de qué van? Sin embargo, tras ver una entrevista con Abbath (búscala si quieres en el Youtube por immortal interview reality check, pero te aviso de que está en inglés sin subtítulos) me di cuenta de que no se toma muy en serio esa pose, y seguramente los propios miembros del grupo fueron los primeros en descojonarse de sí mismos mientras hacían esos videoclips. Visto así, todo cambia mucho, ¿no? Coño, que hasta se puso a hacer una especie de moonwalk en mitad del concierto, y movimientos que parecían el paso del cangrejo. En la parte musical, pues qué os voy a decir de uno de los cuatro o cinco mayores clásicos del black metal, no me atrevo ni a empezar. El sonido fue correcto en todo momento; no llevaron pirotecnia ni apenas escenografía, pero se comen el escenario con su actitud. Menudos animales, me encantaron. Pena que yo no sea realmente aficionado ni conozca más de dos o tres canciones… Ojalá Nokturnal Mortum hubiera sido así, ji, ji, ji. Pero en serio, Immortal es un grupo que hay que ver si te gusta el black.
Títulos de canciones conozco pocos y recuerdo menos. Sé que por lo menos abrieron con «All Shall Fall», por el medio tocaron «One by One» y terminaron con bareeeeels! Bareeeeeels in de noooooorz! Pero sobre todo, mi recuerdo más bello de esta estival escapada a las pintorescas altitudes cárpatas: QUÉ PASADA «SOLARFALL» EN DIRECTO, colega.
Publicada originalmente en The Breathless Sleep el 1 de octubre del 2013 (no entiendo cómo pudo salir tan tarde), archivada en Furia Asgardiana el 1 de mayo de 2019.
De todos modos no nos pusieron pegas por meter comida de fuera, así que compramos pan y fiambre en una tienda del pueblo y nos hicimos nuestros propios sándwiches. Además de dos puestos de comida y dos o tres de bebida, había un solo puesto de camisetas y CDs con bastante material underground. Los baños se hallan en una caseta permanente, y unas cuantas terracitas de madera con mesas y bancos completaban el mobiliario festivalero. Mucha gente estaba sentada en la hierba o tumbada en toallas, en una zona en pendiente desde la que se ve bastante bien el escenario.
Volvamos a los conciertos. El segundo día llegamos más pronto, a las cinco y media o cosa así. De nuevo hubo un cambio en el orden de actuación, pues el grupo que estaba tocando mientras nos aproximábamos al escenario era Manheim, no Nahemoth, como estaba programado. Apenas vimos nada de su concierto. Los siguieron los italianos Darkend.
Cuando mis prejuicios y yo vimos que el cantante de Darkend traía unas rastas que me recordaron a Dani Filth, inmediatamente me invadió el escepticismo. Pero no fueron más que eso, prejuicios, y tras oír un poco enseguida cambié de opinión, porque sus canciones me parecieron muy buenas, con melodías trabajadas y variación. Vale, sí que tienen influencias de Cradle of Filth, pero el único concierto de estos británicos que vi en mi vida me horrorizó, mientras que los italianos molaron. También tienen cierta similitud con Dimmu Borgir. En el apartado visual fueron, con diferencia, la banda más espectacular de todas. Una pena que fuera de día, porque tenían candelabros con formas simbólicas, una mesita con un farol y dos calaveras, cosas así; y de noche podría quedar todo más tétrico y chachi. El cantante, que como frontman hace muy buen papel, se fue del escenario y volvió envuelto en una mortaja ensangrentada en una canción, en otra vino sujetando una calavera… Un concierto curioso de ver. El único miembro del público que no parecía muy interesado en lo que sucedía sobre el escenario era un chavalín de uno o dos años que pululaba por allí con una camiseta de Absurd.
Mil años de cambio de grupo otra vez, cosa a la que ya nos estábamos acostumbrando, y les tocaba el turno a los números uno del metal extremo de Ucrania: Nokturnal Mortum, el grupo que más me interesaba de todo el cartel. Durante la prueba de sonido la gente ya estaba tan motivada como si fueran por la mitad del concierto, coreando cachos de canciones y levantando los cuernos. Cuando por fin empezó de verdad, los integrantes del grupo salieron con su típica camisa eslava, salvo Knjaz Varggoth, el cantante, compositor, fundador, etcétera del grupo, que llevaba una especie de hábito negro; y todos ellos con la cara pintada de blanco y rayas azules o rojas.
Sólo eran cuatro tíos: dos guitarras, bajo y batería. Es un pecado que un grupo como este no lleve teclista, en mi opinión, aunque quizá tuvieran una buena razón; en cualquier caso, me llevé una pequeña decepción con este concierto. Eso de poner material grabado en playback es una cosa que hacen muchísimos grupos y que no me gusta nada de nada: significa que no dedican ni un minuto a arreglar las canciones de manera que puedan ser tocadas en directo. De esto ya iba avisado gracias a haber visto varios vídeos y haber escuchado ese directo hiperproducido (pero con DVD molón) llamado Kolovorot. Lo que no esperaba es que no hubiera por lo menos un teclista para disimular un poco. Aun salvando este detalle, por desgracia, el sonido fue bastante malo, con unos graves saturadísimos.
A ver, el concierto fue disfrutable: me busqué un lugar desde el que se oía un poco mejor, y las canciones las conocía casi todas, así que pasé un rato entretenido, pero esperaba mucho más. Quizá tenía el listón demasiado alto. Tocaron una canción nueva, que no me dijo gran cosa, pero ya avisaron que no es la versión final, que aún hay que pulirla; me fío de ellos porque en su infame directo de Katowice también tocan una versión bastante sosa de «Valkiria», canción que acabó siendo una joya. El resto de los temas estuvieron bien elegidos: «Слава героям», «Чёрный ворон» —con esta abrieron—, «Біла вежа» —que no me esperaba y me alegró bastante—, la coreadísima «Україна» (Ucrania en ucraniano) y alguna más que no recuerdo. No habría estado de sobra incluir algo más antiguo, pero tampoco me quejo; es que tampoco tocaron demasiado tiempo, una hora escasa, o ni eso, ya no me acuerdo. Se pasó rápido y no fue lo que esperaba. Una pena.
A continuación vino Shining. Me disculparéis, pero no los vi. Sólo me acerqué a hacer unas fotos al principio. Probablemente me habrían gustado, pero empecé a encontrarme un poco mal. Horas después estaría vomitando y sintiéndome hecho mierda (sin haber bebido una gota de alcohol), pero en ese momento no sabía que tenía el estómago en proceso de revolución y achaqué mi malestar al cansancio, así que me fui a dormir una siesta. Fue algo que comí que me sentó mal, pero tranquilos: ese día no comí nada de los puestos del recinto, era todo de fuera. De Shining puedo decir que a la gente a la que le pregunté le gustó bastante su concierto y que en el puesto de camisetas vendían una de modelo femenino en cuya espalda ponía: «I have a boyfriend at home but I think of Niklas Kvarforth when he fucks me».
Me desperté a tiempo para 1349. Menudo caos de grupo, colega. Yo había escuchado los dos últimos discos (que me gustaron lo justito) y no me esperaba tanta caña ni tanta velocidad; tantísimas, que fui incapaz de encontrar nada de música, para mí fue todo una bola de ruido. La puesta en escena fue genial, muy blackmetalera y muy necro, todos moviéndose bastante y agitando la cabeza, uno envuelto en un hábito con capucha, otro con la cara blanca y pinchos, etcétera; pero lo observé con más interés por la estética que otra cosa. Mis colegas me habían dicho que habían visto al grupo dos veces, una con Frost a la batería y otra con otro pavo, y que con Frost había sido infinitamente mejor. Ese día estaba Frost. Mi impresión sigue siendo la misma. No me imagino cómo sería con el otro.
Quedaban dos grupos, Immortal y Nahemoth. Los segundos no sé ni quiénes son y, de nuevo, cuando acabaron los primeros ya era bastante tarde; además ya pusieron en marcha el telesilla mientras probaba Nahemoth, así que el último grupo que vi en esta magnífica visita a Ucrania fue Immortal. Good evening, ladies and motherfuckerrrrrsssssah! [Gritos.] Let me hear all the ladieeeeesssss! [Gritos femeninos.] And now let me hear all the motherfuckeeeerrrrsss! [Gritos masculinos.].
Este grupo tiene todo eso de la pose ridícula, los videoclips hipercutres y sobreactuados de «Call of the Wintermoon» y de «Blashyrkh», etcétera; montones de cosas que a uno le pueden hacer pensar: ¿pero estos payasos de qué van? Sin embargo, tras ver una entrevista con Abbath (búscala si quieres en el Youtube por immortal interview reality check, pero te aviso de que está en inglés sin subtítulos) me di cuenta de que no se toma muy en serio esa pose, y seguramente los propios miembros del grupo fueron los primeros en descojonarse de sí mismos mientras hacían esos videoclips. Visto así, todo cambia mucho, ¿no? Coño, que hasta se puso a hacer una especie de moonwalk en mitad del concierto, y movimientos que parecían el paso del cangrejo. En la parte musical, pues qué os voy a decir de uno de los cuatro o cinco mayores clásicos del black metal, no me atrevo ni a empezar. El sonido fue correcto en todo momento; no llevaron pirotecnia ni apenas escenografía, pero se comen el escenario con su actitud. Menudos animales, me encantaron. Pena que yo no sea realmente aficionado ni conozca más de dos o tres canciones… Ojalá Nokturnal Mortum hubiera sido así, ji, ji, ji. Pero en serio, Immortal es un grupo que hay que ver si te gusta el black.
Títulos de canciones conozco pocos y recuerdo menos. Sé que por lo menos abrieron con «All Shall Fall», por el medio tocaron «One by One» y terminaron con bareeeeels! Bareeeeeels in de noooooorz! Pero sobre todo, mi recuerdo más bello de esta estival escapada a las pintorescas altitudes cárpatas: QUÉ PASADA «SOLARFALL» EN DIRECTO, colega.
Publicada originalmente en The Breathless Sleep el 1 de octubre del 2013 (no entiendo cómo pudo salir tan tarde), archivada en Furia Asgardiana el 1 de mayo de 2019.
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