Unos días antes de que yo viera a Ghost, unos cuantos de mis amigos y conocidos los vieron en el Sonisphere de Madrid o de Barcelona. Uno de ellos me dio una opinión muy positiva, y los otros seis o siete, absolutamente negativa. Aun así, yo qué sé, a mí me hacía ilusión ir, así que me cogí un tren a Viena y me planté en la sala a las ocho de la tarde.
Qué alegría haber hecho más caso de mi propia intuición que de los malos comentarios, porque sinceramente, el concierto me encantó. Cuestión de gustos, claro. No había teloneros ni teloneaban ellos a nadie. Ghost era el único grupo que tocaría en la Szene esa noche, y a las ocho y media, tempraneros ellos, estaban saliendo los cinco fantoches con la cara cubierta al escenario, pronto seguidos por el Papa Emeritus II, su nariz ganchuda y su báculo con una cruz y una G. Tras ellos, un telón de fondo que imitaba las cristaleras de una iglesia, iluminado desde atrás, con un resultado bastante logrado. Completando la ambientación, mucho humo y luces acordes al imaginario fantasmagórico que llevan. El cantante lleva traje de papa, mitra incluida, todo ello adornado con la misma cruz de la G, y la cara pintada como una calavera, bastante currada. Generalmente abre poco la boca, supongo que para no deformar mucho la calavera, o a lo mejor es su manera habitual, no sé. En cuanto a los ghouls, llevan puesto un hábito y se cubren la cara con una máscara negra picuda que les da un aspecto a medio camino entre Darth Vader y una gallina Caponata satánica.
La primera sorpresa me la llevé con la intro, «Infestissumam». Empieza con un coro al que luego se unen los instrumentos; aquél sonó desde una grabación, pero éstos fueron tocados en directo aun tratándose de la intro, ¡y qué sonido más potente! No es lo que me esperaba, teniendo en cuenta lo blanditos que suenan los discos de estudio. Sin embargo, en directo, al menos en el concierto que presencié, el bajo y la batería estaban muy altos, lo cual «llena» mucho, y las guitarras estaban fuertes también, aunque cuando una se ponía a interpretar melodías, era complicado oírlas bien. Lo mismo con la voz. El hombre de por sí ya no grita mucho, y con ese muro sónico de fondo había veces que se le oía poco.
El repertorio fue genial. Tienen dos discos, uno de 35 minutos y otro de 48, y el concierto duró hora y veinte, así que tocaron casi todos sus temas. Más concretamente, como podéis ver más abajo, pudimos escuchar todos los cortes del primer disco salvo la intro, y siete de diez que tiene el segundo álbum. Si tenemos en cuenta que las composiciones de su debut, Opus Eponymous, me parecen bastante más interesantes que las de su continuación Infestissumam (a pesar de la abundancia de coros en este segundo, que me chiflan), y que las canciones omitidas son a la vez las que menos me gustan, entenderéis que me lo haya pasado como un enano.
El cantante, en su papel místico, no hace movimientos bruscos, sino que a veces alza un poco los brazos, o extiende una mano hacia el público, cosas así. En los estribillos coreados por el público («Con clavi, con Dio», «Zombie Queen»…) mueve las manos como un director de coro. Me hizo gracia su manera de «presentar» la banda: como sus identidades son secreto de estado, todo lo que hace es acercarse a uno de los músicos, señalarlo con las manos y hacer un gesto hacia arriba para que la gente le aplauda. Lo mismo con el siguiente, y así hasta completar los cinco. El misticismo sólo se rompe un poquillo cuando habla entre canciones y dice cosas como “we are having a fucking great time”, pero de todos modos suele presentar los temas de una manera relativamente solemne también. De vez en cuando incluso suelta frases en un inglés bastante literario/arcaico.
En fin, como veis, un concierto bastante original en lo que a lo visual se refiere, e inesperadamente potente en lo musical. También me gustó cómo terminó: con la canción «Monstrance Clock», que cierra su segunda obra, y el último minuto con el coro del final sonando grabado mientras todos cantábamos y ellos se despedían y abandonaban el escenario. Can chuguéder, chuguéder as uan…
Publicada originalmente en The Breathless Sleep el 10 de julio del 2013, archivada en Furia Asgardiana el 1 de mayo de 2019.
Qué alegría haber hecho más caso de mi propia intuición que de los malos comentarios, porque sinceramente, el concierto me encantó. Cuestión de gustos, claro. No había teloneros ni teloneaban ellos a nadie. Ghost era el único grupo que tocaría en la Szene esa noche, y a las ocho y media, tempraneros ellos, estaban saliendo los cinco fantoches con la cara cubierta al escenario, pronto seguidos por el Papa Emeritus II, su nariz ganchuda y su báculo con una cruz y una G. Tras ellos, un telón de fondo que imitaba las cristaleras de una iglesia, iluminado desde atrás, con un resultado bastante logrado. Completando la ambientación, mucho humo y luces acordes al imaginario fantasmagórico que llevan. El cantante lleva traje de papa, mitra incluida, todo ello adornado con la misma cruz de la G, y la cara pintada como una calavera, bastante currada. Generalmente abre poco la boca, supongo que para no deformar mucho la calavera, o a lo mejor es su manera habitual, no sé. En cuanto a los ghouls, llevan puesto un hábito y se cubren la cara con una máscara negra picuda que les da un aspecto a medio camino entre Darth Vader y una gallina Caponata satánica.
La primera sorpresa me la llevé con la intro, «Infestissumam». Empieza con un coro al que luego se unen los instrumentos; aquél sonó desde una grabación, pero éstos fueron tocados en directo aun tratándose de la intro, ¡y qué sonido más potente! No es lo que me esperaba, teniendo en cuenta lo blanditos que suenan los discos de estudio. Sin embargo, en directo, al menos en el concierto que presencié, el bajo y la batería estaban muy altos, lo cual «llena» mucho, y las guitarras estaban fuertes también, aunque cuando una se ponía a interpretar melodías, era complicado oírlas bien. Lo mismo con la voz. El hombre de por sí ya no grita mucho, y con ese muro sónico de fondo había veces que se le oía poco.
El repertorio fue genial. Tienen dos discos, uno de 35 minutos y otro de 48, y el concierto duró hora y veinte, así que tocaron casi todos sus temas. Más concretamente, como podéis ver más abajo, pudimos escuchar todos los cortes del primer disco salvo la intro, y siete de diez que tiene el segundo álbum. Si tenemos en cuenta que las composiciones de su debut, Opus Eponymous, me parecen bastante más interesantes que las de su continuación Infestissumam (a pesar de la abundancia de coros en este segundo, que me chiflan), y que las canciones omitidas son a la vez las que menos me gustan, entenderéis que me lo haya pasado como un enano.
El cantante, en su papel místico, no hace movimientos bruscos, sino que a veces alza un poco los brazos, o extiende una mano hacia el público, cosas así. En los estribillos coreados por el público («Con clavi, con Dio», «Zombie Queen»…) mueve las manos como un director de coro. Me hizo gracia su manera de «presentar» la banda: como sus identidades son secreto de estado, todo lo que hace es acercarse a uno de los músicos, señalarlo con las manos y hacer un gesto hacia arriba para que la gente le aplauda. Lo mismo con el siguiente, y así hasta completar los cinco. El misticismo sólo se rompe un poquillo cuando habla entre canciones y dice cosas como “we are having a fucking great time”, pero de todos modos suele presentar los temas de una manera relativamente solemne también. De vez en cuando incluso suelta frases en un inglés bastante literario/arcaico.
En fin, como veis, un concierto bastante original en lo que a lo visual se refiere, e inesperadamente potente en lo musical. También me gustó cómo terminó: con la canción «Monstrance Clock», que cierra su segunda obra, y el último minuto con el coro del final sonando grabado mientras todos cantábamos y ellos se despedían y abandonaban el escenario. Can chuguéder, chuguéder as uan…
Infestissumam
Per aspera ad inferi
Con clavi, con Dio
Prime mover
Elizabeth
Secular haze
Body and blood
Stand by him
Death knell
Satan prayer
Genesis
Year zero
Ritual
—
Ghuleh/Zombie queen
Monstrance clock
Per aspera ad inferi
Con clavi, con Dio
Prime mover
Elizabeth
Secular haze
Body and blood
Stand by him
Death knell
Satan prayer
Genesis
Year zero
Ritual
—
Ghuleh/Zombie queen
Monstrance clock
Publicada originalmente en The Breathless Sleep el 10 de julio del 2013, archivada en Furia Asgardiana el 1 de mayo de 2019.