1. Neothera Awakening 02:55
2. The Crown of Treason 05:01
3. Wildfire Season 05:24
4. Where Waning Winds Lead 04:27
5. Sun Orphaned 02:04
6. Ascension Pyre 04:06
7. Shadow Hearth 04:55
8. Non Serviam 05:01
9. Aubade 03:41
10. Hundred Shores Distant 05:58
11. Novembré 03:15
Total playing time 46:47
2. The Crown of Treason 05:01
3. Wildfire Season 05:24
4. Where Waning Winds Lead 04:27
5. Sun Orphaned 02:04
6. Ascension Pyre 04:06
7. Shadow Hearth 04:55
8. Non Serviam 05:01
9. Aubade 03:41
10. Hundred Shores Distant 05:58
11. Novembré 03:15
Total playing time 46:47
Formación:
Jakke Viitala - Guitarra y orquestación
Mikko Häkkinen - Voz
Helena Haaparanta - Más voz
Músicos de sesión:
Henri "Trollhorn" Sorvali - Bajo
Janne Jukarainen - Perusión
Maija Arvaja - Violín
Esa Korja - Violoncello
Terri Kunnaskari - Acordeón
Cuando Crimfall empezó a grabar este disco, sólo tenía tres miembros oficiales: un guitarrista, un rugidor y una gritona. No sé si para hacer la maqueta del 2008 se apañaron ellos solitos, pero para este debut necesitaron unos cuantos músicos de sesión, igual que para los conciertos que están dando. Lo ponen por ahí bajo la etiqueta de "folk metal", pero yo estoy convencido de que eso lo dice la discográfica solamente para llamar la atención. No sabemos muy bien cómo clasificar esto, pues vamos a poner lo que vende actualmente. En cualquier caso, como cebo supongo que funciona, y si picas... pues mejor para ti. De los tres, Mikko Häkkinen (el gruñón) me parece simplemente correcto, pero Jakke Viitala, que es el que se guisa y se come todo salvo las letras, me parece un compositor con un grandísimo talento, y Helena Haaparanta, a la que quizá algunos conozcáis de Tacere, tiene un vozarrón impresionante, sin tener tono de ópera posee mucha fuerza.
Lo que estos tres finlandeses ofrecen es música en general bastante épica y efectista, que mezcla elementos sobre todo (pongámosle 50%) del power sinfónico, pero también del black y afines melódicos y, sí, un poco de folk, aunque en aqueste su debut te encuentras de todo, hasta melodías orientales. Leí en los internetes una reseña donde decía que eran poco originales, porque se notan mucho sus influencias; pues bien, no me entra en la cabeza cómo se puede decir eso de un grupo como este. Es verdad que en ciertos momentos sus influencias son evidentes. Oyes esa parte de violín de la primera canción y dices "¡anda! Turisas", oyes determinados estribillos y dices "¡anda! Nightwish", la dualidad gruñido masculino/voz limpia femenina se explotó muchísimo en el gótico, los instrumentos no metálicos que usan ya los usaron otros grupos antes. Eso es verdad, pero ¿quién se esperaría encontrar todo eso en un solo disco de tres cuartos de hora? Y no es ningún pastiche chapucero, sino que posee perfecta homogeneidad, en cuanto a que todas las canciones encajan unas junto a otras en el mismo álbum, y al mismo tiempo son lo bastante distintas como para no sonar monótono en ningún momento. Aunque no inventan un género nuevo (cosa harto difícil, muy pocos lo hicieron), cogen elementos muy dispares y los mezclan con sentido, hasta el punto de que no es fácil etiquetarlos. ¿Folk? ¿Sinfónico? ¿Power? ¿Black melódico? Pues ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario... A quién le importan las etiquetas.
Pero ya está bien de hablar de tonterías, volvamos a lo que interesa. As the path unfolds empieza con una intro de casi tres minutos de aires peliculeros, para dar paso a los épicos acordes iniciales de la primera canción propiamente dicha, "The crown of treason", en la que enseguida aparece el diálogo Mikko-Helena que inundará casi todo el disco. "Wildfire season", reciclada de la maqueta y regrabada, empieza y termina con unos cantos chamánicos en plan heya-heya, aunque por el medio predomina el aire épico y sinfónico de la anterior, así como en la siguiente, "Where waning winds lead", también cogida de la maqueta y con un estremecedor berrido de Helena al final. El primer cambio significativo llega con el interludio "Sun orphaned" y el tema siguiente, "Ascension pyre", ambos con un inequívoco toque oriental, parecen sacados de una película de Aladín satánico o algo.
"Shadow hearth", por su parte, está altamente influida por Nightwish, casi te esperas oír a Tarja Turunen por ahí. Mientras que "Non serviam" viene a ser del estilo de las primeras, "Aubade" (alborada en castellano), la última de las recicladas, es una balada de aire triste y está hecha, según Jakke, en parte para lucimiento de Helena, y en parte "para que las canciones rápidas y agresivas suenen más rápidas y más agresivas". Con ese piano y esa voz lloriquera, a mí me suena a... ¿Evanescence? No me peguéis, es la verdad. En esa no sale Mikko. Por último, "Hundred shores distant" vuelve a tener al grupo al completo tocando, pero a diferencia de las primeras, es tranquila y melancólica, y su final sería un broche para el disco bastante mejor que el que supone "Novembré", una vacía y monótona melodía acústica que dura tres minutos y pico y no aporta nada.
Ese es el único defecto que le veo al debut de estos fineses: eventualmente te encuentras con un interludio o una intro que lo único que consiguen, al menos desde mi punto de vista, es ralentizar el disco y romper su continuidad. Además del feo epílogo, hay otro de esos al final de "The crown of treason", por el medio de "Where waning winds lead", y "Sun orphaned" es demasiado largo para mi gusto. Supongo que lo que Jakke pretendía con eso es darle al disco más aspecto de banda sonora. Si es así, sin duda lo consiguió, pero a costa de la continuidad.
En fin. Quitando ese detalle, el primer disco de Crimfall contiene ocho canciones como ocho soles, y me da motivos para pensar que van a dar mucho que hablar en el futuro. En cualquier caso, conmigo ya se ganaron un fan, y pienso seguir sus movimientos futuros. Seica el año que viene pretenden sacar la continuación, así que estaremos atentos...
Lo que estos tres finlandeses ofrecen es música en general bastante épica y efectista, que mezcla elementos sobre todo (pongámosle 50%) del power sinfónico, pero también del black y afines melódicos y, sí, un poco de folk, aunque en aqueste su debut te encuentras de todo, hasta melodías orientales. Leí en los internetes una reseña donde decía que eran poco originales, porque se notan mucho sus influencias; pues bien, no me entra en la cabeza cómo se puede decir eso de un grupo como este. Es verdad que en ciertos momentos sus influencias son evidentes. Oyes esa parte de violín de la primera canción y dices "¡anda! Turisas", oyes determinados estribillos y dices "¡anda! Nightwish", la dualidad gruñido masculino/voz limpia femenina se explotó muchísimo en el gótico, los instrumentos no metálicos que usan ya los usaron otros grupos antes. Eso es verdad, pero ¿quién se esperaría encontrar todo eso en un solo disco de tres cuartos de hora? Y no es ningún pastiche chapucero, sino que posee perfecta homogeneidad, en cuanto a que todas las canciones encajan unas junto a otras en el mismo álbum, y al mismo tiempo son lo bastante distintas como para no sonar monótono en ningún momento. Aunque no inventan un género nuevo (cosa harto difícil, muy pocos lo hicieron), cogen elementos muy dispares y los mezclan con sentido, hasta el punto de que no es fácil etiquetarlos. ¿Folk? ¿Sinfónico? ¿Power? ¿Black melódico? Pues ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario... A quién le importan las etiquetas.
Pero ya está bien de hablar de tonterías, volvamos a lo que interesa. As the path unfolds empieza con una intro de casi tres minutos de aires peliculeros, para dar paso a los épicos acordes iniciales de la primera canción propiamente dicha, "The crown of treason", en la que enseguida aparece el diálogo Mikko-Helena que inundará casi todo el disco. "Wildfire season", reciclada de la maqueta y regrabada, empieza y termina con unos cantos chamánicos en plan heya-heya, aunque por el medio predomina el aire épico y sinfónico de la anterior, así como en la siguiente, "Where waning winds lead", también cogida de la maqueta y con un estremecedor berrido de Helena al final. El primer cambio significativo llega con el interludio "Sun orphaned" y el tema siguiente, "Ascension pyre", ambos con un inequívoco toque oriental, parecen sacados de una película de Aladín satánico o algo.
"Shadow hearth", por su parte, está altamente influida por Nightwish, casi te esperas oír a Tarja Turunen por ahí. Mientras que "Non serviam" viene a ser del estilo de las primeras, "Aubade" (alborada en castellano), la última de las recicladas, es una balada de aire triste y está hecha, según Jakke, en parte para lucimiento de Helena, y en parte "para que las canciones rápidas y agresivas suenen más rápidas y más agresivas". Con ese piano y esa voz lloriquera, a mí me suena a... ¿Evanescence? No me peguéis, es la verdad. En esa no sale Mikko. Por último, "Hundred shores distant" vuelve a tener al grupo al completo tocando, pero a diferencia de las primeras, es tranquila y melancólica, y su final sería un broche para el disco bastante mejor que el que supone "Novembré", una vacía y monótona melodía acústica que dura tres minutos y pico y no aporta nada.
Ese es el único defecto que le veo al debut de estos fineses: eventualmente te encuentras con un interludio o una intro que lo único que consiguen, al menos desde mi punto de vista, es ralentizar el disco y romper su continuidad. Además del feo epílogo, hay otro de esos al final de "The crown of treason", por el medio de "Where waning winds lead", y "Sun orphaned" es demasiado largo para mi gusto. Supongo que lo que Jakke pretendía con eso es darle al disco más aspecto de banda sonora. Si es así, sin duda lo consiguió, pero a costa de la continuidad.
En fin. Quitando ese detalle, el primer disco de Crimfall contiene ocho canciones como ocho soles, y me da motivos para pensar que van a dar mucho que hablar en el futuro. En cualquier caso, conmigo ya se ganaron un fan, y pienso seguir sus movimientos futuros. Seica el año que viene pretenden sacar la continuación, así que estaremos atentos...