El primer grupo que vi y el que menos me gustó. Hacen metalcore. (No confundir con los homónimos yanquis, que hacen thrash; el logo es casi idéntico.) El cantante da espectáculo, sin duda. Se bajaba del escenario y se ponía a pegar saltos entre la gente. Pero la voz me recuerda a un cerdo en la matanza, no sé... al menos en directo. Aún no tienen ningún disco en el mercado, piensan sacarlo a finales de año, seica.
En su myspace podéis escuchar algunas canciones y leer su biografía.
1. Built for Sin 2. I'm Charming 3. Flies 4. Statutory Ape 5. A Vulgar Picture 6. Novelty Crosses 7. Dave Goes to Hollywood 8. Miscarriage 9. Spite Suicide 10. Miasma
Rápido e indoloro. Esos son los primeros adjetivos que me vienen siempre a la cabeza cuando oigo a estos yanquis de Michigan. Los conocí con la canción que da título a este disco, que podéis encontrar al final de esta entrada.. Venía en un recopilatorio promocional de los que regalan con las revistas y me llamó la atención desde el primer momento. "Menuda mierda", pensé; y cuando terminó la puse de nuevo. "A quién le puede gustar esto", pensé entonces. Cuando me la puse por tercera vez (justo al terminar la segunda), mi pensamiento fue: "...pero cómo me puede estar gustando esto". Al día siguiente me bajé la discografía entera, que tampoco es muy grande. No es la primera vez que me pasa, pero siempre es una sensación curiosa.
Estuve mirando por ahí, y parece que la gente no se aclara mucho sobre si meterlo en metalcore, en deathcore o en death melódico. Tanto da, está a medio camino entre esas cosas. La música de The Black Dahlia Murder es rápida y agresiva, con un sonido más bien moderno, llena de solos, y cuenta con dos voces guturales: una grave y atronadora, como la que predomina en el death metal brutal; y otra más aguda, como un alienígena viscoso, parecida a la de Dani Filth, por ejemplo; ambas ejecutadas por la misma persona, Trevor Strnad. La verdad es que sí se parece bastante al death melódico, pero exageradamente acelerado; e incluso en algunos puntos se entrevé cierto deje black, por ejemplo en el principio y el final de "Miasma". (De todos modos, el black que puede haber ahí es sólo en algunos riffs, pero le faltan el espíritu y el misticismo que envuelven a ese género, así que no tiene mucho sentido darle más importancia a esto, es simplemente anecdótico.) Las canciones son cortas, debido en buena parte a su velocidad, y el disco, con sus diez canciones, dura poco más de media hora. También hay que decir que son bastante parecidas entre sí, pero no es un disco que aburra, porque no da un segundo de respiro. Adrenalina pura. No se me ocurre una descripción mejor: rápido e indoloro.